45 años del concierto de The Beatles en la azotea de Apple Corps: El gran concierto en el cielo
¿Qué tienen en común el lanzamiento de Sgt. Pepper con el video musical de “Rain” o el concierto en la azotea de Apple Corps en 1969?
Bueno, aparte de la obviedad que todo fue hecho por la banda de Liverpool, fueron sendas revoluciones en el arte de la música y cómo se expresaba ella, mientras Sgt. Pepper le decía a todo el mundo por primera vez que en un disco se podía incluir un librito con las letras y el arte del mismo, con el video de “Rain” The Beatles inventaba los formatos audiovisuales cortos para presentar sus canciones. “De alguna forma, nosotros inventamos MTV” diría con justa soberbia el gran Paul McCartney.
Lo del concierto en la azotea de Londres esa tarde del 30 de enero de 1969 fue, aparte de revolucionario, una idea sumamente innovadora, en un momento en que The Beatles habían dicho basta a sus conciertos, una decisión que todos lamentamos hasta el día de hoy. Pero los mágicos ingleses se habían dado de alta en ese sentido hace rato (1965). Ya no estaban para chillidos insufribles de las chicas que enloquecían con sus presencias, The Beatles no quería ser el hazmerreír de ellos mismos y, por otra parte, la beatlemanía les había pasado la cuenta; simplemente, querían que se escuchara su música, sobretodo en una era en que la banda ya abordaba nuevos matices tanto líricos como musicales. Todos sabemos, discos que le cambiaron la cara a la música popular, donde reinventaron- e inventaron- nuevos estilos: “Rubber Soul” y “Revolver” de 1965 y ’66 respectivamente. Éstos dos solamente serían la punta de lanza para un avance prácticamente insuperable.
Pero también ese día y época marcaban momentos tensos, el final ya estaba dictado y los factores denominativos para que The Beatles se acabara estaban a la vuelta de la esquina. Este show tiene todo que ver con su filme “Let it Be”, que es donde quedan reflejadas las diferencias entre Harrison y McCartney. La aparición de Yoko Ono, quien no despegaba segundo de Lennon no ayudaba mucho al tema, y la horrible decisión de The Beatles de prescindir de su productor genio George Martin eran síntomas claros del acabose total.
Pero lo más positivo es lo que nos queda, el momento, la sorpresa, la ocurrencia. La azotea de Apple Corps salió de ideas improvisadas y reunió a quizás la madurez musical a tope de estos cuatro genios, las canciones que se tocaron ahí eran parte de “Let it Be”, ese curioso disco en que la banda volvía sus raíces, dejando de lado el ácido y la sicodelia de sus inmediatas anteriores entregas, en pos de una vuelta de tuerca al sonido de cuna notable. ‘Get Back’, ‘Don’t let Me Down’, ‘I’ve Got a Feeling’ y podrían haber sido muchas más si no hubiese entrado la policía en acción.
Si hablamos de buenas despedidas, qué lindo fue eso, hora de almuerzo en Londres y nadie sabía lo que pasaba, la calle Saville Row se impactaba ante los sonidos de instrumentos y la curiosidad de la gente no se dejó esperar, eran The Beatles, nada más que eso. Una imagen inmortalizada en video como para defender que el epílogo de The Beatles resultó ser un final feliz.
The Beatles llegó a su fin en buen momento. Y los años setenta se encargaron de aseverarlo, las brillantes carreras de McCartney, Lennon y Harrison como solistas lo confirmarían totalmente. The Beatles, ese día, una vez más, sentó las bases de la revolución en la música y el arte de expresarla. O simplemente, como dirían sus contemporáneos de Pink Floyd, fue «el gran concierto en el cielo» o al menos, muy cerca de él.
Por Patricio Avendaño R.