Andrés Calamaro en Concepción. La honestidad brutal y la nostalgia

Andrés Calamaro en Concepción.  La honestidad brutal y la nostalgia

Fotografías por Nacho Palma. Agencia K10

El show de Andrés Calamaro en Concepción fue increíble. Su trayectoria es extensa y dilatada y así se vivió su concierto de así 2 horas, en un repleto Gimnacio Municipal. Fue un viaje en el tiempo para todos los que crecieron de la mano de Andrés. Nostalgia pura. Esta gira llamada Agenda 1999 fue un repaso por los mayores himnos musicales de su repertorio, pero en su mayoría del disco Honestidad Brutal lanzado hace 25 años. Su obra maestra clave. Desde que empezó la gira a finales de mayo, Andrelo, que tiene repertorio para elegir en su extensa discografía, va cambiando el setlist un poco para no repetirlo por ciudades y va introduciendo diferentes temas y covers en cada uno de sus shows, para no aburrirse y no ser nunca previsible. En este show canto un cover de “Volver a los 17” de Violeta Parra. Realmente increíble.

Subió al escenario a eso de las 20:15, muy rockero, fiel a su esencia, con su guitarra y arrancó sin parar. “El día de la mujer mundial”, “Para qué” y “Cuando te conocí” fueron los primeros temas. El concierto era con asientos, pero ya una vez que el público conectó con la banda —nueva, con un sonido bien fresco y enérgica. Probablemente una de las mejores que ha configurado—, comenzaron a ponerse de pie y entregarse a corear las letras de toda una vida. El público era bien transversal en edad, y aunque la mayoría de los asistentes bordeaba los treinta y cuarenta años, varios jóvenes estaban con poleras de El Salmón, lo que refleja el peso de su trayectoria y el acercamiento a nuevas generaciones.

Te quiero igual”, “Los aviones”, “Son las 9” trajeron toda la emotividad de una década que niega el olvido. Y aunque cierto es que el argentino cada vez más español ha ido mermando de alguna forma su popularidad en los últimos años debido a sus controvertidas opiniones públicas sobre política, su música y su poder en escena se mantiene intachable. Y aunque es imposible reproducir aquellas canciones del Honestidad Brutal tal y como fueron grabadas, con sus 62 años, Calamaro las modifica un poco, las sacude y las potencia con la virtud que lleva en la sangre. Con la maestría de un artesano que conoce de manera sobresaliente los secretos de su oficio, moldeó un repertorio maravilloso. Esas canciones que hablan de amores del pasado, de las noches interminables y de esa melancolía tan propia e intrínseca que rodea a todos quienes han visto pasar los años como reflejo de eternidad, fueron coreadas en un Concepción que anhela más conciertos así. Cada canción cantada por Andrés resonaba en los rincones de alma de los penquistas. “No tan Buenos Aires”, “Clonazepam y Circo”, estas canciones que son un relato en sí mismas y hablan sobre la aceptación y la imperfección humana resonaron de la misma forma, por dentro, como un relámpago. 

Paloma” trajo la exaltación de los asistentes, de la misma forma que su éxito “Flaca” y “Crímenes Perfectos”. Andrelo es un prodigio de lo brutal y entre su guitarra, su voz y su paseo lento hacia los teclados, demostró nuevamente porque es tan querido y odiado a la vez. Siempre ha estado rodeado de incertidumbres, pero el público le brindó respeto y admiración. Puede ser un personaje complicado, es verdad, pero sus canciones jamás van a fallar en escena. Después de todo, hablamos de uno de los mejores compositores del rock argentino que, ya sea formando parte de bandas como Los Abuelos de la Nada o Los Rodríguez o en su extensa trayectoria solista, contiene un buen número de obras maestras. Y, entre todas ellas, brillando con el ímpetu de los noventa, está Honestidad brutal, el álbum al que Calamaro está rindiendo su particular tributo en esta gira Agenda 1999y que logró conquistar el corazón de Concepción.

 Cerró su concierto con “Estadio Azteca” y “Los Chicos”, el mejor tema para terminar un setlist perfecto. Con un rugido colectivo que coreó todas sus letras, entre añoranzas y nostalgia, demostrando que el corazón está por sobre todas las cosas. Muchas gracias, Concepción, los llevo por siempre en mi corazón— dijo Andrelo antes de besar el suelo del escenario y retirarse saludando muy emocionado a todos los asistentes. El epílogo de un increíble derroche de honestidad.

 

Matias Garcia

La música me salvó la vida.

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