Anthrax en Chile: En el infierno, Parte II
La relación de Anthrax con Chile se consolidó tras la grabación de su último DVD «Chile on Hell» en 2013, en aquella ocasión Ian y sus compañeros alucinaron con la entrega del público chileno y cómo la garra y energía que ellos conocían sobre Chile se hizo realidad para plasmar en su registro todo el poder de la banda ícono del thrash metal de los ochenta.
En 2016 editaron “For All Kings” y tuvieron la fortuna de visitar Sudamérica junto a Iron Maiden en el tour que trajo a los ingleses a promocionar “The Book of Souls”. Ian y sus compañeros, prometían volver y alababan por redes sociales el cariño y su fanatismo por el público nacional. Luego de un 2017 en el que tuvimos la fortuna de ver en distintas fechas al aclamado Big Four (Metallica en abril, Slayer en mayo, Megadeth en octubre) los de Nueva York debían cerrar el círculo.
Luego del show de Forahneo y los alemanes Assassin, el Caupolicán comenzaba a llenarse dejando algunos espacios libres en la tribuna, la prueba de sonido demoraba en ajustar los detalles para una correcta presentación de Anthrax y los ánimos ya pedían a gritos la aparición de la banda. “The Number of the Beast” anuncia que llegó el momento, pasado el icónico himno de Iron Maiden, ‘A.I.R’ del olvidado “Spreading the Disease” dio comienzo al show. Acto seguido ‘Got the Time’ y Caught in a Mosh’ encienden el ánimo de los barra brava y las bengalas comienzan a girar alrededor del slam y el mosh, ante tamaño espectáculo Scott Ian le pide a su técnico registrar el momento para compartirlo después en las redes sociales de la banda.
Con ‘Madhouse’ la banda deja en claro que se viene una noche plagada de clásicos, sin embargo ‘Fight ‘Em ‘Til You Can’t’ de “Worship Music” (2011) justifica el actual momento de la banda con un riff poderoso y melodías gancheras que la transforman en un inmediato clásico de sus presentaciones en vivo. ‘Breathing Lightning’ de ‘For All Kings’ calma los ánimos y muestra a Anthrax en un modo melódico al que no estamos acostumbrados del todo, sin embargo gana en su apuesta.
‘Medusa’ obligó a empuñar la mano y cantar con un ‘joven Belladonna’ que se mantiene en un estado privilegiado para su edad, se mueve y salta como en los días de Oidivnikufesin Video (1987). Una de las sorpresas respecto al resto de las fechas latinoamericanas es que Anthrax nos regaló tres canciones más entre ellas, el instrumental ‘Intro to reality’ –de emotiva interpretación- y su continuación ‘Belly of the Beast’, un gran momento para los seguidores del viejo Anthrax y fanáticos del gran “Persistence of Time”. ‘I Am the Law’ y ‘March of the S.O.D’ tributan los viejos días del thrash metal, y el guiño a S.O.D nos deja con la duda de si algún día Benante, Ian, Milano y Lilker retomaran uno de los proyectos más representativos del crossover metalero de los ochenta.
‘Blood Eagle Wings’ es la otra pausa necesaria, sus melodías y épica justifican el presente de Anthrax con «For All Kings», de las dos canciones que tocaron de su último disco ambas se desmarcan del legado y arquitectura clásica de la banda. ‘Be All, End All’ y ‘Antisocial’ son los clásicos que rescatan de «State of Euphoria» (1988) puños en alto y gargantas exigidas a tope marcan otro gran momento de la noche. El encore llego de la mano con dos clásicos que no podían faltar y cerraron la noche con honores; ‘Indians’ y ‘Among the Living’ finiquitaron una noche en la que Anthrax fue dueño absoluto de su tiempo (casi una hora y media de show) en la que dejaron en claro porque son parte del mediático Big Four y que el paso de los años los beneficia como un acto siempre necesario y esencial.
Por Nelson Silva
Fotos: Jerrol Salas
