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Bee Gees y el sitial que les corresponde en “How Can You Mend a Broken Heart”
Al hablar de baluartes de la música se menciona a los Beatles por definición, pero sin duda que no fueron los únicos que le dieron forma musical y fondo a una época completa (y a sus décadas posteriores). Pese a su tremendo éxito, los Bee Gees nunca han sido considerados a esa altura, como el fundamental sonido de un momento de la historia. Sólo años después, en plena reivindicación de lo retro, empezó a hacerse justicia. Esta es la ocasión que aprovechó Frank Marshall para estrenar “The Bee Gees: How Can You Mend a Broken Heart”, documental que se encarga de revisar el recorrido de la banda conformada por los hermanos Barry, Maurice y Robin Gibb, junto con indagar en los motivos de un curioso amor/odio que no ha permitido admitir su total influencia en la música.
El primer cometido, el documental lo resuelve cuando narra una historia cargada de detalles desconocidos, mediante imágenes de archivo y declaraciones de diversos personajes, mostrando a Barry Gibb como el héroe que recuerda la gloria en el atardecer de sus días. Ese tono melancólico contrasta con el ímpetu de los 70’s y de la música disco, lo que obliga a un montaje muy dinámico, tal cual los videoclip de aquellos años, mostrando lo más íntimo de este grupo que firmó más de 1000 canciones, creó más de 20 n°1 y que ha vendido 220 millones de discos, utilizando el sello indeleble que dejaron para la posteridad: una música definitoria. También hay imágenes del último concierto de los tres juntos, en 1999, y posteriormente de una actuación de Barry Gibb, en solitario, en Glastonbury 2017; de esa manera, se produce un hilo conductor entre el inicio y el final del documental que transmite el mensaje de que el legado del trío atraviesa los tiempos y permanece.
La temperatura de la narración oscila entre imágenes gloriosas de los Gibb de finales de los 70’s, con el presente solitario de Barry en Miami; el relato tiene una estructura casi circular, pero hay un punto en el que es interesante detenerse: el retrato que compone de la sociedad con respecto a la música, y no sólo la de esa época de máximo éxito, sino de todas las épocas; “How Can You Mend a Broken Heart” va apuntalando nuestra condición de no valorar el momento que vivimos, la sociedad que nos cobija y la música que nos ampara como en una obra en actos: si en el primero vemos a unos jóvenes buscando su propia personalidad, en función de las masas, y en el segundo los vemos adueñarse de los movimientos culturales, en el tercer acto se aprecia el olvido. Marshall decide mostrar la crudeza con la que se cae del estrellato de la noche a la mañana, evitando una visión edulcorada, en la que incluye además, los problemas de adicciones de los Gibb. Hay imágenes invaluables de las grabaciones de los temas de “Saturday Night Fever”, de las del disco “Spirits Having Flown” y la infame noche del Disco Demolition en Estados Unidos, donde la homofobia y el racismo de esas protestas anti disco, fue el inicio del fin para los Bee Gees, mas no de los hermanos como genios creativos de la industria.
Eric Clapton, Mark Ronson, Noel Gallagher, Lulu, Nick Jonas, Chris Martin y Justin Timberlake comentan cómo les inspiró la creación de los angloaustralianos, lo cual da suficiente peso a una historia de increíbles éxitos, caídas y desafíos, siendo una oportunidad para explorar la creatividad detrás del fenómeno atemporal de su música. “The Bee Gees: How Can You Mend a Broken Heart” emociona porque refresca la memoria de un trío que produjo un hit tras otro y que revolucionó el panorama musical, siendo fundamentales para infinidad de artistas, hasta hoy. Suban a los Bee Gees de una vez, al pedestal que les corresponde.