La banda británica de rock experimental alista su debut en la capital Tras la serie…
Black Midi-«Hellfire» (2022)
Rough Trade Records, 2022
Han sido solo cinco años de vida las que lleva en el cuerpo la joven banda londinense, pero podríamos decir perfectamente que han sido los cinco años mas aportantes y bien aprovechados en cuanto a talento no desperdiciado, inventiva y nuevas ideas que son cada vez más necesarias en los circuitos musicales donde aun no todo esta dicho. Black Midi dicen presente con un combo de canciones sorprendentes, que pueden volarle la cabeza a un fan aventajado del rock progresivo, jazz clásico, avant garde o simplemente a las y los que gustamos del rock con buenas ideas.
Es un verdadero viaje al infierno de ida y vuelta: «Casi todo lo que escribo es de algo real, algo que experimenté, exageré y escribí. No creo en el infierno, pero toda esa locura del viejo mundo es genial para las canciones», dijo el líder de la banda Geordie Greep. Pasando del jazz enérgico, el post-punk ácido a momentos de verdad alucinantes de psicodélica etérea y atrapante, ‘Hellfire’ es un disco inestable y desquiciado como quizá nunca le vimos antes al súper trío inglés. Los frenéticos monólogos en primera persona encuentran al vocalista/guitarrista de 22 años (pareciera que fuera un viejo tipo al borde del colapso a decir verdad) metiéndose de cabeza de un soldado ebrio y traumatizado (‘Welcome To Hell’), un asesino acechando a su presa (‘Dangerous Liaisons’) y encarnando a un actor llamado Freddie Frost, que escupe preguntas y habita en sarcófagos, en ’27 Questions’.
Por su parte otro gran protagonista de esta catarsis de estilos es el baterista Morgan Simpson, una de las armas centrales de la banda. Él lleva todo a estados caóticos y de desenfreno cuando el tema y estado psicológico del álbum lo requiere. No por nada a sus 16 años recibió el premio al Joven Baterista del Año en 2014, donde la destreza en las baquetas estilo «Whiplash» que parece sacar sin esfuerzo para impulsar el ritmo es el motor que permite a la banda deslizarse fácilmente entre estilos. La psycho/progresiva ‘Sugar/Tzu’ o la trepidante ‘The Race Is About To Begin’ son solo algunos alucinantes ejemplos: Simpson se suelta aquí con algunos golpes furiosos de math rock, antes de endurecerse en una majestuosa estructura de banda de música clásica, jazz fusión y acompañar las divagaciones sacadas del manual de Mr. Bungle.
‘Hellfire’ es diverso, pese a lo técnico a ratos, ofrece más emociones musicales y se porta de una forma mucho más dinámica que otros discos de la banda. El álbum es esquizofrénico sí, pero recordemos que Fantomas, The Residents o Frank Zappa han dejado sus mejores discos cuando apelan a estos estados. Sin duda la banda recogió eso y creó un propio manual a su estilo.