Broken (1993 Film): Un viaje por el macabro registro de culto de Nine Inch Nails

Broken (1993 Film): Un viaje por el macabro registro de culto de Nine Inch Nails

“Broken is an ugly record made during an ugly time in my life (…)”  – Trent Reznor. 1992

 

El debut Pretty Hate Machine (1989) tuvo un respetable éxito y el track de apertura «Head Like A Hole» aparece en representación del mismo, pero para quienes habían acogido a Trent Reznor y su proyecto Nine Inch Nails –TVT Records– no fue suficiente. A su dueño, Steve Gottlieb, incluso se le pasó por la mente que no valía la pena ser publicado, enfureciendo y rompiendo el corazón del músico.

La rabia embarcó a Trent Reznor a uno de los periodos más oscuros de su vida, de esos donde el suicidio parece ser la única opción de escape. Sin embargo, la música de alguna manera lo salvó y le permitió crear dos obras maestras –que serían el blueprint del metal industrial de los 90s–, Broken y The Downward Spiral.  


En cuanto a Broken, una cadena de sucesos –entre ellas, su deseo de emancipación– vio a Reznor alquilando la mismísima casa donde Sharon Tate había sido asesinada en nombre de Charles Manson, lugar en el que dispondría de un estudio. Naturalmente, aquella casa le proporcionó un peso intangible a lo estético pero que si no fuera por él, tanto el resultado de Broken como de los primeros demos de The Downward Spiral no serían lo mismo.

Broken (1992) es un EP que (en un principio) no necesitó más de 6 canciones para soltar toda la impotencia que el compositor llevaba adentro. Es reducido, pero te da golpes en la cara hasta quedar agotado. «Happiness In Slavery» es una carta de odio a TVT y el clímax en «Gave Up» lo dice todo: “Smashed up integrity / Smashed up what I believed in / Smashed up what’s left on me (…) I tried / But I gave up / Throw it away(«Destrocé mi integridad / Destrocé [todo] lo que creía / Destrocé lo que quedaba en mí / Lo intenté / Pero me rendí / Lo tiré todo [a la mierda]«)

Quizás, la decisión más pretenciosa del proceso creativo fue complementar el mini álbum con un cortometraje de 20 minutos, no por el mero hecho de ser, sino que por lo explícito y perturbador que resultó ser. El cortometraje en realidad consiste en una colección de videoclips que acompañan a «Pinion», «Wish», «Help Me I Am In Hell» y «Happiness In Slavery», pero estos se entrelazan por extractos de lo que después se entiende como escenas que refieren al quinto video en el set, el de «Gave Up».

 [ «Pinion» y «Help Me I Am In Hell» estan dirigidos por la dupla Eric Goode y Serge Becker; «Happiness In Slavery» por Jon Reis; y «Wish» y «Gave Up» por Peter Christopherson. ]

Algunos de los eventos secuenciados grafican desde una persona inmovilizada –y cubierta en vestimenta de látex negro– ahogándose al estar conectada al desagüe de un inodoro del cual se tiró la cadena (en «Pinion») hasta un hombre comiendo un plato de carne asada y bebiendo una copa de vino que paulatinamente es infestado por moscas (en «Help Me I Am In Hell») o, una persona que siente placer al ser infligida hasta ser triturada  (en «Happiness In Slavery»). Pero, tal como es el propio track, el video para «Gave Up» es en cierta manera la cúspide de la liberación. Éste último simula una “snuff movie” en la que un un hombre es secuestrado y sometido por otro [hombre] –en un subterráneo y con el clip de «Wish» insertado a través de una televisión encendida– a una serie de torturas que terminan en su muerte y mutilación, además de ser brutalmente violado y consumido. Luego comprendes porqué en el primer minuto de todo se muestra la ejecución de quien realizó el acto.

Es factible decir que desde una perspectiva artística [visual] el cortometraje y toda la estructura que lo conlleva es inquietantemente perfecto. Si bien la trama y las imágenes llegan a ser grotescas, terroríficas y en ocasiones incómodas de ver, por decir poco, la aglutinación de cómo una serie de fragmentos hacen que videos aleatorios sean dependientes para su entendimiento, el orden (o desorden) de la línea temporal, la dirección de fotografía, la estética y la mala calidad de video intencional en función de un registro de VHS (originalmente publicada en VHS) es la que acertó en el clavo y te posiciona en una dualidad de emociones –como una película de terror bien hecha– . Después de todo, la intención era sobrepasar la línea de lo que hasta ese entonces estaba permitido en el área de los videos musicales y se logró

Se trata de memorabilia de culto publicada en 1993 pero que recién el 2009 empezó a rondar por internet y ser más accesible para quien no lo haya adquirido en VHS, aunque todavía recurriendo a fuentes de dudosa procedencia. Aún censurado para las masas –esperable– el archivo se encuentra desde el 2016 escondido en la página web oficial de NIN al pinchar el logo de la banda, como también en Vimeo y en Internet Archive.

 

Vicente Andrade

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *