Conciertos que hicieron historia: Deep Purple – Made in Japan (1972)
En estos días vivimos la locura por comprar discos “live”, es decir, nuestras bandas favoritas grabadas en un concierto en vivo; porque los conciertos tienen un valor casi testimonial, además de ser otra buena entrada para poder obtener más beneficios, pero está claro que un disco en directo es el mejor legado sonoro que se le puede dejar a los fans…de todo eso y más es el show que Deep Purple ofreció en Japón y que luego quedó registrado en un disco imprescindible.
Los shows fueron los días 15, 16 y 17 de Agosto de 1972, todos con muchos problemas; el primer concierto se hizo ante el cansancio evidente de los integrantes (por el viaje) y en el segundo también hubo fallas en la interpretación de las canciones. Para el setlist decidieron incluir los dos grandes discos que los habían coronado como reyes: “In Rock” y “Machine Head”, aunque con la apertura de “Highway Star” y el cierre con “Space Truckin” hicieron modificaciones que pretendían hacer del concierto nipón algo nuevo, no un concierto como todos. Las ganas de actuar eran nulas pero había que brindarle al público lo mejor, por eso intercalaron partes cambiadas de varias canciones, para así mantener el interés.
Después de un irónico “good morning” (era media tarde) parte “Highway Star”, con la guitarra de Blackmore dando estocadas demenciales, una oda a la grandilocuencia; impresionantes solos, también, de Jon Lord, los que sorprenden por su velocidad y creatividad. La versión en vivo supera a la de estudio. Luego comienza “Smoke on the Water“con ese riff de guitarra tan conocido y que, como se aprecia en la grabación posterior, emocionó al público japonés. “Child in Time” es un tema impresionante y sonó a las mil maravillas, resaltando lo aceitada que estaba esta máquina de rock.
“The Mule” nos enloquece con la potencia de la batería de Ian Paice, tomando el mando durante un solo de cinco minutos, caracterizado por cambios de ritmo impresionantes. “Strange Kind of a Woman” resultó genial. Fue la única que incluyeron de “Fireball”, con fantásticas melodías superpuestas del teclado de Jon y la guitarra de Ritchie; otra vez Paice descomunal y un Gillan totalmente compenetrado con la guitarra de Blackmore. Todo este equilibrio era extraño en la banda, no se habían caracterizado por estar siempre compenetrados, pero acá el rendimiento fue perfecto. “Lazy” es el único tema en el que suena una armónica, tocada por Gillan. La canción tiene un aire de rock and roll de los ’50, pero con el sonido hard característico de Deep Purple. La parte cantada está precedida por una introducción del teclado, seguida por las improvisaciones de la guitarra. Sonó espectacular.
“Space Truckin” es el último tema y el más experimental, con una duración de casi veinte minutos. El teclado de Lord hace maravillas en cuanto a sonidos, con momentos cercanos al noise, logrando atrapar la atención durante más de diez minutos. Una forma maravillosa de finalizar el show, ante aplausos cerrados de la multitud nipona.
Si se bucea en la red se pueden encontrar extractos del show, el que se resume en un imprescindible como lo es “Live in Japan”. El misticismo de determinados momentos en vivo, la habilidad para ejecutar pasajes que requieren una destreza sobrehumana y la explosión total de una banda de rock sobre el escenario. Todo eso es este show, una auténtica “caja de Pandora” de los Purple o, para muchos, su verdadera obra de arte.