Disco Inmortal: The Strokes – Is This It (2001)
RCA Records / Rough Trade Records, 2001
Ha pasado bastante desde este disco, que ya se cuela entre los mejores discos de la década de los 2000’s, en una década bastante nutrida para la escena americana y el revival garage setentero, algo que finalmente se encasilló como la ‘New Americana’ (donde en el mismo saco estuvieron metidos símiles como Kings of Leon y The White Stripes) aunque The Strokes supieron desmarcarse de sus pares por esos días y estas mismas bandas mencionadas también inclinaron en otra dirección, de alguna manera disolviendo este curioso etiquetado otorgado por la crítica e industria.
Fue bastante deslumbrante lo que la banda hizo en esos años. La banda lejos de intentar hacer un disco muy bien producido o con una animosidad sonora muy limpia, optó por el sonido sucio y vintage, que nos recordaba grandes cosas de The Stooges o The Velvet Underground incluso, con un apego al punk menor eso sí y una influencia marcada en el pop: «queremos ser una banda del pasado que hiciera un viaje al futuro para hacer su disco» comentaba Julián Casablancas por esos años, algo que en cierta forma tuvo mucho sentido, pues este disco suena muy retro, pero al mismo tiempo fresco y contundente.
Gil Norton, el hombre de discos emblema de Pixies y Foo Fighters fue quien se pensaba haría de este un disco perfecto para lo que querían los neoyorquinos, pero no, la fórmula no resultó debido a ese sonido prolijo y ‘limpio’ que resultó de las primeras grabaciones. La banda optó por Gordon Raphael, quien dio justo al clavo con esa anhelada actitud ‘clásica y moderna’ que suena en el resultado final.
Su carta de presentación fue ‘Last Nite’, esa pegajosa marcha de guitarras que no pretendía grandes cosas con la desanimada vocalización de Casablancas, pero que curiosamente al mismo tiempo suena como clásico inmediato. Eso sí, el vozarrón que se despacha Casablancas nos dejaba claro una versatilidad bien notable, y su singularidad con el paso de los años sigue siendo favorita de muchos los que amaron este disco y el estilo.
Era esa mirada, desde ese punto de mira es lo que ha hecho crecer tan bien este disco: ‘Hard to Explain’ es una maravillosa conjunción de sonidos que revitalizaban los sonidos post punk escuela Joy Division con esa entrada de percusión casi electro, más estos versos y esa apatía que marcó la placa y la forma de escribir de Casablancas «Es difícil de explicar/Digo lo adecuado/Pero no hago lo adecuado/Me gusta estar aquí/Pero no me quedaré mucho». Por otra parte giraba ‘The Modern Age’, con ese síntoma andrajoso, quedado en simples notas pero con una melodía notable que relucían los efectos que marcaron el micrófono usado por el cantante americano.. Y con ese protagonismo en las guitarras y el bajo preponderante de Nikolai Fraiture, de quien se ha comentado mucho de sus líneas de bajo y cómo ha influenciado al indie facturado de este año en adelante.
‘New York City Cops’ y su ironía clamaba que la policía era poco inteligente en algo que trajo algo más de polémica a su discográfica RCA (la misma que sigue grabando junto a la banda, de hecho) y ‘Barely Legal’ nuevamente nos recreaba un sonido Manchester de vieja escuela, con entretenidas estrofas y dulces melodías. La inolvidable ‘Someday’ es un himno y sigue causando mucha emoción escucharla. Las guitarras de Nick Valensi y Albert Hammond Jr. acá se divierten y coquetean entre sí. Otro gran plus histórico de la banda, porque pese a que su mirada musical siempre quiso ser simple, están estos dos sonidos -desligados- de cuerdas entre sí que nutren de mucha variedad su espectro musical.
The Strokes marcó tendencia, no hay duda. Este disco es sindicado como un imprescindible, pero también logró grandes cosas con otras placas como «Room of Fire» y el magnífico «First Impressions of Earth». Una de esas bandas que gusta escuchar, que deleitan con lo que se presume poco, pero que en definitiva tiene mucho más de lo que parece.