El primer viaje de Queen a Sudamérica, contado por Freddie Mercury

El primer viaje de Queen a Sudamérica, contado por Freddie Mercury

No hay duda que esta imagen es la que ha dado vuelta al mundo una y otra vez, la clásica foto de Freddie Mercury con Diego Armando Maradona y Queen, en lo que es uno de los grandes hitos de la historia del rock, pues en plenos años ochenta no era para nada fácil que una banda de su calibre aterrizara en tierras sudamericanas, algo que sentó un precedente importante y abrió las puertas para que más grandes grupos llegaran, lamentablemente y por la dictadura que se vivió en Chile, prioritariamente a Brasil y Argentina, como lo hizo Queen.

En aquel concierto, Diego Maradona subió al escenario y le dedicó unas palabras a Freddie Mercury. “Gracias a Freddie y a los Queen por hacerme tan feliz. Y ahora, otro muerde el polvo”, dijo el ‘10’ argentino, en un hecho que le trajo algunos problemas, debido a que poco después la Guerra de las Malvinas entre Argentina e Inglaterra estallara.

Pero qué mejor que recordar algunas de las memorias que escribió el propio Freddie Mercury, las cuales se recopilaron de muy buena forma en el libro Freddie Mercury: His Life in His Own Words, por Greg Brooks en que cuenta de su propio puño y letra grandes pasajes de su vida junto a la banda que integrara con Brian May, Roger Taylor y John Deacon.

Para Freddie y la banda era vital llegar a Sudamérica, era algo que anhelaban y que gracias a su interés se dio. «Queríamos tocar donde la música rock no se había tocado nunca antes», cuenta Freddie. «Sabía mucho sobre Argentina, pero nunca me imaginé que allí fuésemos tan populares. Estaba asombrado por la reacción del país por nuestra visita, todos estábamos muy nerviosos, porque no teníamos ningún derecho a esperar automáticamente una gran bienvenida en un territorio desconocido. No creo que hubiesen visto antes un espectáculo tan ambicioso, con todas las luces y efectos que utilizamos.

Vinieron un montón de periodistas de todas partes del mundo para vernos tocar en Argentina y Brasil. En Sao Paulo, tocamos para 120.000 personas una noche y para 130.000 la noche siguiente. Nadie lo había hecho nunca antes, y era algo absolutamente novedoso para ellos. Les preocupaba que, con un público tan vasto, el asunto adquiriera un cariz político, y me rogaron que no cantara «Don’t Cry for Me Argentina». Tenían allí al Escuadrón de la Muerte para protegernos, la dura policía que de hecho mata a la gente a la más mínima ocasión, en caso que la multitud se desmadrase.

De hecho nos llevaron de un lugar a otro en vehículos blindados que normalmente se utilizaban en los disturbios. Queridos míos, fue la parte más excitante de todas. Había seis motos de la policía rugiendo delante nuestro, sorteando y zigzagueando entre la multitud y el tráfico igual que en una exhibición. La furgoneta tenía agujeros en un lateral para poder meter sus armas; allí estábamos nosotros, saliendo del estadio de forma ostentosa y espectacular. Fue fantástico.

Río de Janeiro, en 1985 fue maravilloso. Fue impresionante estar allí arriba con toda esa gente en la palma de tu mano. A veces se excitaban demasiado y tuvimos algún problema cuando se produjo una pelea entre el público y un cámara. Fue durante ‘I Want to Break Free’ porque en el video de este tema nos habíamos «vestido para la ocasión». Así que, para reforzar esa imagen, salí al escenario con tetas falsas debajo de mi camiseta y con una aspiradora, y la gente se volvió un poco loca. Cuando las usé por primera vez en Bruselas, me dijeron que desde el fondo del estadio no podías verlas, a menos que fuesen el doble del tamaño de las de Dolly Parton. Así que tuve que ponerme tetas más grandes. No sé por qué la gente se excitó tanto al verme vestido de mujer; allí había muchos travestis, solo tienes que ir a cualquier esquina de una calle y te los encontrarás. No iba vestido así para provocar a la gente, y quizá iba colocado como la Reina de Saba, ¡Pero no iba a dejar de llevar mis tetas por nadie!»

Patricio Avendaño

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