Festival Metal Beer: Legados que se resisten a morir

Festival Metal Beer: Legados que se resisten a morir

La primera versión del festival cerró con un demoledor show de Death to All

FOTOS POR CRISTIAN CALDERÓN

Ni el calor ni la falta de sombra fue impedimento para que miles de fanáticos se reunieran en la primera versión del Metal Beer Open Air, en un Hipódromo Chile que presenció el retorno después de 10 años del grupo Death to All, conjunto de músicos que compartieron estudio y escenario con Chuck Schuldiner y que buscan mantener vivo el legado de Death a más de veinte años del fallecimiento de uno de los genios más destacados de la música extrema. El cartel contó con una parrilla importante de grupos locales, quienes compartieron con un receptivo público lo mejor de su propuesta discográfica.

Los primeros en escena, a eso de las 13.00 fueron Overtoun, joven grupo que se ha hecho un paulatino reconocimiento por mérito propio. Repasaron canciones de toda su discografía poniendo énfasis a lo de su último lanzamiento «This Darkness Feels Alive» del 2021. La jornada había empezado ya con todo.

Les siguió, con un breve retraso, el grupo Parasyche, ganadores del premio Pulsar a Mejor artista Metal del año 2023 y quienes no se han detenido pese a la salida de histórico Nico Borie de la formación. Una selección de temas potentes y dinámicos mantuvo al público conectado con su propuesta, habiendo una buena recepción de lo más reciente de su trabajo discográfico «Sons of Violence» del 2021.

Con el sol todavía irradiando fuerte, y un par de asistentes derrotados por el alcohol, los terceros en escena fueron los oriundos de Pucón Metakiase, quienes desmenuzaron temas de su disco «La ruta de la Araucanía» del 2016. Cercanos a un sonido también más stoner, marcaron un equilibrado cierre de expectativas que permitió el paso a las bandas nacionales de mayor tratectoria. Punto alto del show fue la canción «Temor».

Los nacionales Nuclear fueron posiblemente una de las presentaciones más duras de la jornada, quienes priorizaron un setlist acelerado lleno de canciones con las que los asistentes ya estaban familiarizados. Desde «Heaven Denied», homónima de su disco debut, a «Murder of Crowns» de su último larga duración el recorrido estuvo siempre en peak, encabezado por un enérgico Matias Leonicio.

No conocer a Dorso dentro del circuito nacional es como nunca haber comido completos en Chile, y quedó claro que los liderados por Pera Cuadra no dejan de estar vigentes. Con su característico estilo irreverente pero al mismo tiempo conciso, el cuarteto deleitó a sus fans con himnos ya clásicos a estas alturas como «Big Monsters Aventura» o «La mansión del doctor Mortis». El grupo reconoció de buena forma que el metal ha sido un género que se ha vuelto transversal en generaciones, y que el año 98 el haber teloneado a Death en su única visita a Chile se volvió una anécdota importante dentro de la historia local. Casi 25 años después vuelven a dar honores a Schuldiner abriendo para quienes mantienen vivo su legado. Por cierto, el bajo AYS de Cuadra sonaba potente.

Los últimos nacionales en escena fueron Criminal, el proyecto de Anton Reisseneger con más de 30 años de trayectoria que era un infaltable dentro del contexto del festival. Hasta los más jóvenes cantaron «El Azote», «Hijos de la Miseria» y «Slave Master», canciones que otrora fueron grandes referentes de lo que en Chile se puede llegar a exportar dentro del género extremo. Satisfacción era lo único que se podía percibir en el entorno.

Y para cerrar, como se esperaba, Death to All hace un repaso por toda la discografía de Death, equilibrando canciones de cada disco y época. El acierto fue haber agregado temas que no tocaron en su primera visita a Chile el 2014, como «Open Casket», «Within The Mind» y «Spirit Crusher».  «Infernal Death» estuvo demoledor. 

Steve DiGiorgio fue el encargado de interactuar con el público y reconocer una vez más que Chile tiene uno de los mejores públicos del mundo, además de marcar aquella anécdota que hizo posible la venida de Death el año 98, siendo Santiago la única ciudad de Sudamérica donde Schuldiner tocó antes de su retiro y eventual muerte. Max Phelps hizo un trabajo impecable interpretando las partes vocales de Chuck, logrando adaptarse a todos sus estilos guturales.

Después de más de 9 horas de metal, el mundo se veía alegre habiendo celebrado a todo pulmón un legado que se ha vuelto inmortal con el tiempo, y que posiblemente se resistirá a la muerte por un buen periodo más. 

Rodolfo Galleguillos

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