«From Zero»: la pesada corona que se vuelve a probar Linkin Park
Perder a un amigo debe decir la prueba más dura que nos da esta vida. Pero si ese amigo además fue tu partner artístico, creciste con él, te emocionaste en los escenarios, lograste llegar a lo más alto, llenar estadios y tocar el cielo con tus manos en cuanto a éxito y llegada con tus fans, es doblemente pesado. Esa corona fúnebre es la que Linkin Park cargó por muchos años, y el duelo parecía insostenible, pero, considerando que Chester murió tan joven, de alguna forma sus compañeros sintieron la necesidad de seguir haciendo música, de continuar con esto por lo que el propio Chester se entregó en cuerpo y alma, lo que los movió desde adolescentes y por y para lo que de verdad estaban hechos. La tarea era recoger esta pesada corona y volver a probársela como los campeones que siempre fueron en su estilo.
Shinoda ya había avisado, reuniones e interpretaciones de algunos temas en vivo, conciertos de homenaje y un disco en solitario. Pero la gran sorpresa se la venían guardado hace un tiempo, facturando un disco que está lleno de canciones pintadas de negro, de rabia y de emocionalidad, la misma que estuvo en el ADN desde Zero, el nombre de la banda antes incluso de llamarse Linkin Park. El link con esta etapa cae de cuajo desde el nombre del álbum y nos hace mucho sentido.
La gran duda era: ¿Quién tomaría «el lugar» de Chester y si estaría a la altura? Los primeros versos de «The Emptiness Machine» son de verdad emocionantes, más aún cuando Shinoda le da el «pase» a Emily Armstrong en que ya vamos como entendiendo el todo de inmediato de su elección. «Heavy Is The Crown» hace que Emily suene perfecta con su rasposa voz que también sabe ser dulce y fina cuando quiere, acá para rememorar maravillas como «Faint», mientras que el glorioso pop-rock de estadio de «Over Each Other» golpea como estos grandilocuentes himnos con que Biffy Clyro azota en cada uno de sus shows. Linkin Park tiene la mirada en su legado, como primera capa, pero no deja de observar lo que pasa actualmente y la cantante a pocos meses ya está convertida en un verdadero nuevo icono.
Tres sencillos seguros y de peso pesado están respaldados por un álbum que tiene un gran espíritu, pero que aún así puede sonar algo irregular como «Cut The Bridge» o el corte de pop etéreo y oscuro «Overflow», que parece un remanente del débil «One More Light» de 2017. Mientras tanto, «Two Faced» llega para volarte la cabeza y se adjudica el título de mejor riff y estribillos de la banda desde «One Step Closer», «IGYEIH» parece afirmar que nadie ejecuta este estilo clásico mejor que Linkin Park, y por su lado camina «Casualty», un tema que se preocupa demasiado de sonar pesado, aunque le cueste tomar cierto equilibrio. La cruza entre la modernidad y emociones de «Stained» nos demuestra las absolutos dotes vocales y matices de Armstrong.
El gran error es tildar este lanzamiento como un disco en que simplemente se quiso reemplazar a un cantante demasiado importante e «irreemplazable». From Zero es un restart de la banda, que promete cosas a futuro, que ya ha demostrado que en vivo nuevamente funcionan como los reyes que fueron con variantes y novedades. Por lo tanto, cualquier comparación inevitable con su discografía, en gran medida magistral, debe tener en cuenta el lugar desde el que nació «From Zero»: un deseo natural y orgánico de Brad Delson, Dave Farrell, Joe Hahn y Shinoda de crear juntos como Linkin Park una vez más. La corona pesa, pero vaya que les vuelve a quedar y Emily Armstrong era la nueva reina adecuada para concretarlo.