Hoy informa Billboard.com, que oficialmente el vocalista Geoff Tate deja Queensrÿche y que lo han…
Geoff Tate y el legado de Queensrÿche en Club Chocolate: «Tocamos estos discos solo porque queremos»
No habría mejor forma de sintetizar la presentación del histórico ex Queensryche en suelo nacional como un necesario capricho. Y más allá de que esté celebrando los casi 40 años del disco Rage of Order (1986) y los casi 35 del Empire (1990), la cita venía a justificar la vigencia de aquellos sonidos que en aquella época fueron tildados de futuristas y poco puristas, con un Geoff Tate que aún tiene energía y ganas de mostrar lo que en su trayectoria profesional lo ha consagrado como una de las voces más importantes del rock y el metal en general.
La antesala a la extensa presentación del vocalista de Washington de origen alemán estuvo a cargo del grupo local Hëiligen, cuyo estilo está muy bien delimitado en el heavy metal británico mas clásico, donde Judas Priest e Iron Maiden son claras influencias. El protagonista de la noche fue sin duda el guitarrista Hugo Sánchez, quien lideró los poderosos y enérgicos riffs en una puesta en escena que los mantuvo por un breve pero intenso momento dándolo todo. Vayan a escuchar «Return To The Battle» para tener una certera impresión.
Pasado las 20.00 sale al escenario Geoff con sus músicos de gira, todos sincronizados en una tenida que reflejaba los mejores momentos del estilo glam metal de finales de los años 80 y principio de los noventa. Una tras otras fueron sonando las piezas que componen el Rage of order, con las canciones The Killing Words, London y Screaming in Digital como sus puntos más fuertes. Durante las primeras interacciones del vocalista con el público, describe el disco en acción como adelantado a su época, y que le es muy grato estar tocándolo simplemente por gusto. Y bueno, muy a gusto se veían el resto de músicos mientras tocaban con absoluta naturalidad, destacando de todos ellos el guitarrista Kieran Robertson por su energía y desplante propios de los músicos icónicos de los años 80.
Después de un receso, comienzan a ejecutar el disco Empire en su integridad, logrando los momentos de mayor conexión y acogida por parte del público, el cual fue modesto en asistencia pero diverso en generaciones y energía. The Thin Line, Empire, la ya clásica balada Silent Lucidity y Anybody Listening? se hicieron oír fuerte, llenando de ovaciones la presentación que finaliza con Eye of a Stranger, la pieza final de la obra magna de Queensryche Operation: Mind Crime.
Todo culmina como una presentación más que minuciosa para los acérrimos fanáticos de los sonidos más progresivos de fines de la década del 80, dando un buen inicio a la tanda de conciertos de rock que se vienen durante el resto del año 2023.
Fotos: Jerrol Salas