Javiera Mena en Lollapalooza Chile: La consolidación de la mujer que conectó con los Esquemas Juveniles

Con un evidente escenario lleno, es que la diversidad de colores se aunaba a eso de las 20:30 en Lotus Stage, porque desde la vertiginosidad de la oscura noche aparece Javiera Mena con un impoluto vestuario azul despampanante. Las pantallas perfectamente pensadas para contrastar y unificar un macro concepto que nos hace pensar en la alegría del pop en clave carnavalesca.

El show abre con «Culpa», track que nos implanta la idea de cuestionar y confrontar la culpabilidad como sentimiento inequívoco de estigmas catolicistas desde una sonoridad que abraza la energía en un código de oscuro dramatismo, que se acompaña de un fuerte cuerpo de baile que interpreta a la perfección la performática de la oscuridad de la internación de la culpa.

Seguimos con «La Joya», track que en oposición al anterior, vuelve a las raíces que la vieron nacer y conectar con una juventud que se abría a la posibilidad de abrazar la valentía de la declaratoria disidente en su amplio espectro, la misma que la acompañó desde los inicios de su carrera. Bajo esta misma idea de valentía, es que se abre uno de los momentos más emotivos de la presentación donde la ideóloga de «Mena» esboza sin miedo y con orgullo que «Voy a dedicar esta canción a todas las mujeres que les gustan otras mujeres«, por lo que únicamente acompañada de un teclado «Mujer contra Mujer» se volvió probablemente uno de los momentos más icónicos de la presentación.

Llegando al cierre de la presentación, el público se rinde ante Javiera Mena con sus más clásicos tracks como «Yo no te pido la luna» y «Espada«, dejando en claro que la genuina fiesta electropop, no paraba. No obstante, fueron las gesticulaciones, los movimientos, la rapidez de la artista, lo que nos alertó verdaderamente del cierre del show consagratorio de Javiera Mena.