Lost Highway de David Lynch: el retrato onírico de los celos
Nine Inch Nails, Lou Reed, Smashing Pumpkins, David Bowie y Rammstein. Marilyn Manson y Henry Rollins actuando junto a Bill Pullman, Balthazar Getty y Patricia Arquette. Elementos surrealistas, una trama con bastante del género del cine negro en un thriller psicológico dirigido por David Lynch. Todo lo anteriormente mencionado se resume en un título de culto: Lost Highway.
“Dick Laurent está muerto” es el mensaje que recibe Fred Madison (Pullman) para que comience una historia quimérica con tintes policiacos, tentaciones y sospechas encarnadas en su esposa Renee (Arquette), a través de una fantasía que se vio alimentada por lo que sucedió con O.J. Simpson. “Al principio no fue una influencia de la que yo fuera consciente cuando me senté a escribir. La ideas iban y venían, pero, a medida que la historia tomaba forma, se fue definiendo como un retrato de la fuga psicogénica, trastorno que se manifiesta cuando haces algo tan horrible que te hace casi imposible vivir con ello. Llegados a ese punto, la única manera que tiene alguien de sobrellevar lo que ha hecho es ocultarlo en una parte escondida del cerebro. De ese modo pueden explicarse las acciones de O.J. Simpson, quien, habiendo hecho esas cosas, podía seguir sonriendo y jugando al golf”, dijo David Lynch en una entrevista del 2013 a la revista GQ.
David Lynch trató de ser explicativo en esa entrevista a lo que quería llevar al espectador con este clásico del cine de los 90’, pero, para muchos, su definición no fue suficiente para hacer entendible una de sus películas más inclasificable (valga el juego de palabras). Tiene mucho de siniestro, bastante de gótico y erotismo. A todos esos aspectos se encargó de musicalizar Trent Reznor en la producción de la banda sonora y además hacer su aporte con Nine Inch Nails y “The Perfect Drug”. El sencillo de NIN es uno de los más elocuentes para simbolizar lo que es la obra de Lynch al ritmo de un Reznor embriagado de ajenjo en el video dirigido por Mark Romanek.
En las actuaciones, llama la atención la de Henry Rollins, quien realiza el papel de un guardia penitenciario. El ex Blag Flag sabe hacer estos papeles y aunque aparece en muy pocas escenas, se dio el lujo de trabajar en una de las obras más oscuras del director de “Blue Velvet”. Lo de David Bowie en este largometraje se desarrolla al principio y al final de los créditos, donde su canción «I’m deranged» del álbum «Outside» hace gala de abrir y cerrar excepcionalmente este trabajo con sus propios sonidos industriales.
En las escenas finales del film de 1997, es Marilyn Manson junto a Twiggy Ramírez quien se lleva las miradas en una de las secuencias más alucinadas de la historia creada a través de una “tormenta de ideas” entre Lynch y el escritor Barry Gifford. Lo que va musicalizando el dolor de cabeza y las tinieblas deel epílogo de la película es la canción homónima de Rammstein quien llegó a tener participación en esta cinta debido a que le habían pedido al creador de “Eraserhead” que les dirigiera el video de dicha canción, pero David se exculpó diciendo que no tenía tiempo. Sin embargo, el director encontró propicio el track para la película, pidiéndoles permiso a los alemanes quienes aceptaron gustosamente.
El mundo onírico y aterrador de David Lynch en un estilo Noir es dirigido mágicamente con un embellecimiento de las tomas con el trabajo de Nine Inch Nails, Rammstein, Marilyn Manson y su compositor regular como es multipremiado Angelo Badalamenti, quien se ha encargado de casi todo el trabajo de Lynch, convirtiéndose en su mayor logro la banda sonora de la aclamada Twin Peaks. Smashing Pumpkins agrega una inédita «Eye» a esta banda sonora y Lou Reed hace lo propio con «This Magic Moment», realzando una banda sonora que vendió más de 500 mil copias. Los celos y el sexo explorado desde una mirada panorámica, va desdibujando una carretera en la cual se van perdiendo los sentidos y la realidad de sus protagonistas, quienes sacan una de sus mejores actuaciones para crear el retrato surrealista de las desconfianzas, con una narrativa absoluta y libre. Una obra magna de David Lynch.