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Mitski en Primavera Sound Santiago: Enérgico desplante de melancolía
Mitski prometía encantar a un público mayoritariamente adolescente y joven que ansiosamente la esperó por más de una hora en el escenario Santander. A eso de las 20.26 la compositora dijo presente en el escenario con una presencia visualmente atrayente.
La cantante generó en cuestión de segundos un ambiente agitado y extasiado con tanto celular preparado para captar el momento. El público rápidamente se entregó a una melancólica Mitski cuyo rostro serio y de ceño fruncido la dotaban de un carácter hipnótico difícil de abandonar. El juego de luces con tonalidades de azules y violetas oscuros junto a las frecuencias graves protagonistas de sus canciones envolvió al público; quiénes adoraron no solo cada canción, sino que también cada movimiento, salto y maroma de la cantante.
Y es que luego de un comienzo serio y melodramático Mitski sorprendió a la fanaticada al momento de interpretar I will y I bet on losing dogs. La cantante lanzó golpes de puño y patadas marciales al aire entre versos y estribillos, dejando ir energías y exorcizándose a sí misma a través de las letras dramáticas de sus canciones. Un grito al mundo acerca de pesares, dolores y pasiones.
Washing Machine Heart hizo estragos entre el público más adolescente. El hit emocionó e hizo cantar con firmeza y de memoria aquel coro tan atractivo. Lo mismo sucedió con las seductoras y dramáticas Nobody y Me and my Husband.
Durante la segunda media hora Mitski entregó dulces y sentidas interpretaciones de los éxitos de sus últimos discos. De manera impecable los músicos de la banda interpretaron temas de gran factura como The Only Heartbreaker, Your Best American Girl, Stay soft, Francis Forever y A Pearl, las cuales fueron disfrutadas de manera estusiasta con sus respectivas letras coreadas y gritos de fanatismo apasionado. La actitud de Mitski, atenta de su público y melodrámatica en la voz, encantaba con un tono dulce y sus brazos largos que se movían en armonía con la música. Se creó un genuino ambiente de desahogo emocional y el público así lo hizo sentir. Ya hacía el final de la presentación, una emocionada Mitski agradece sin música de por medio a una fanaticada entregada y comprometida.