Un peso pesado del jazz nos visita próximamente: se trata de Pat Metheny, el destacado…
Pat Metheny: Sellando una deuda con clase
La noche de ayer fue muy especial. Se podía sentir la energía desbordante en el Teatro Caupolicán. El recinto estaba totalmente lleno y la gente muy ansiosa por ver a Pat Metheny, uno de los guitarristas de jazz más destacados de las últimas décadas. Después de veintiséis años, el músico estadounidense, volvió a Chile por su gira “An Evening with Pat Metheny” y deleitó a su público, tocando un equilibrado setlist con lo mejor de sus casi cincuenta años de trayectoria.
Las entradas estuvieron casi agotadas para sus tres fechas en Santiago, los días 29, 30 y 01 de octubre. Lamentablemente la primera, un show íntimo de Gala en el Teatro Oriente, se canceló (por un retraso del vuelo) y fue reagendada para hoy a las cinco de la tarde en el Teatro Caupolicán.
El invitado a cargo de abrir la velada fue el bandoneonista chileno Rodolfo Jorquera, quien armonizó el ambiente con hermosas melodías interpretando también, “Libertango” de Astor Piazolla.
A las 21:15 se dio inicio al show de Pat Metheny y antes de comenzar se les pidió a quienes asistieron apagar sus celulares, no tomar fotos, ni hacer videos durante el show. Metheny se veía radiante , contento y tranquilo cuando apareció en escena compartiendo escenario junto a los músicos Antonio Sánchez, su baterista durante los últimos veinte años, con quien más se acoplaba musicalmente, la bajista Linda May Han Oh, quien es una de las artistas más reconocidas de la escena del jazz en Nueva York, y el pianista Gwilym Simcock.
Durante dos horas, sin prisa, pero sin pausa, el músico estadounidense, tocó repertorio de los discos “Rain River”, “What´s It All About” y “ Bright Size Life”, entre otros, demostrando a la hora de ejecutar los temas una gran perfección en la técnica y en el flow. Además se percibía una auténtica conexión con su grupo sobre todo durante las improvisaciones, arte que empezó a desarrollar a los quince años en Kansas, en medio de una escena de jazz bastante activa donde aprendió tocando con músicos que tenían más experiencia que él, desafiándose a sí mismo a mejorar cada día.
Este reencuentro con nuestro país fue un éxito, una verdadera catarsis que simboliza el fin de un ciclo que se había estancado por las cancelaciones de sus fechas a causa de la pandemia. Pero ayer el sueño de muchos y muchas se cumplió viendo a este jazzista brillante, que ha experimentado también en el rock, y que ha sabido trascender los géneros para crear sus propios sonidos, su propio estilo.