Queens of the Stone Age en Chile: Villanos favoritos
Nuevo disco. Nueva gira. Disco que por cierto ha sido bastante cuestionado por sus cambios estructurales de estilo por los fans más puristas del sonido “stoner” de la banda, que siempre ha sido bien fusionado y ecléctico en todo caso, pero que pesó- a primera instancia- por la convocatoria y “ganas” de la gente de asistir a este show, la cuarta visita ya de una de las bandas de rock más importantes del planeta.
Y sí, no fueron unos Pearl Jam en lograr llenar un Movistar Arena completo en transcurso de horas, pero sí es una banda con la que hemos crecido muchos y de una carrera de poquísimos puntos bajos, por ende, era un show en el que había que estar. En el año que su gran debut cumple dos décadas, la banda vino a demostrar su vigencia con un repertorio cargadísimo al nuevo disco «Villains», pero que también brilló por sorpresas, temas “regalo” (poco vistos en vivo en su historia) y una alucinante puesta en escena.
Todo lo abrió Alain Johannes, el chileno que ha tenido un reencuentro al borde de lo emotivo con nuestras tierras con su formato trío con los hermanos Foncea, realizando varios shows en que no ha defraudado para nada, sino que todo lo contrario. Ahí estuvieron aquellas bellezas de «Spark” para abrir, un repaso a su notable carrera en Eleven (vaya que se extraña esa banda y que gusto revivirla en vivo) o su trabajo en las ya legendarias Desert Sessions, haciendo un show variado y entretenido, que terminó por hacerse muy corto. Ovación para el astro muy merecida para el final.
QOTSA no se hizo de rogar para salir y fue “If I Had a Tail” la encargada de abrir los fuegos, una de las más queridas del “Like Clockwork” y muy bien elegida. De inmediato empezamos a admirar esta especie de barras luminosas que se balanceaban plantadas por todo el escenario, dándole un aspecto de tipo jaula multicolor, que produjo efectos alucinantes para cada canción en especial. “Head Like a Haunted House” inauguraba la buena cantidad de canciones que nos iban a mostrar del nuevo disco, por lo cual se preocuparon bastante, ya que se notó en que la propia banda estaba bastante animada en hacerlo.
Hubo algunos baches de sonido importantes, no fue cien por ciento sólido en este aspecto y está claro que algunas canciones sonaron mejor que otras. Buena sorpresa con “Monsters in the Parasol” del Rated R y ya con “Feet Don’t Fail Me” y “The Way You Used to Do” QOTSA desataba la pista de baile en el Movistar con una cancha repleta saltando, una verdadera fiesta rocanrolera nos daba la banda y la inédita en Chile “You Can’t Quit Me Baby”, que pese a que en las sólidas interpretaciones de Shuman/Fertita y Van Leuween sonaron enormes, la propiedad al micrófono del gran Josh Homme se perdía un poco.
Del apoteósico final de tal tema, sin ningún reparo en descanso se mandan “No One Knows”, vaya clásico y una de las grandes de su repertorio y de ese extraordinario “Songs for the Deaf”. La vibra, el color y atmósferas estaban entregadas totalmente en un Movistar prendidísmo. Llegaba ‘I Sat by The Ocean’ y acto seguido uno de los mejores momentos de la noche: la invitación de Alain Johannes para interpretar “el tema que canta Mark Lanegan” decía el pelirrojo, la gran “Hangin Tree”, esa oscura e intensa gema del “Songs for the Deaf”. Por cierto, los agradecimientos bilaterales estuvieron entre Alain y Homme, dos amigos de la vida y que han hecho grandes cosas juntos.
El concierto avanzaba y sus incursiones en español hablando de “gatitos y perritos” de Homme tuvieron sentido al interpretar “Domesticated Animals” (sí, otra más del “Villains”) y seguido a ello la melosa y romántica “Make It Wit Chu” con Homme dividiendo al público entre hombres y mujeres para cantar los coros. Dominio absoluto del frontman. “Smooth Sailing” y de vuelta al “Like Clockwork” junto con la gran “I Appear Missing”, también de aquel discazo, aunque faltó un poco de intensidad en este tema, sin duda una de las mejores canciones de QOTSA de la última parte de su carrera. Momento emotivo y certero con “Villains of Circumstance” y acá parece que todos los problemas de sonido desaparecían para disfrutar el QOTSA melancólico e introspectivo. Una rápida “Little Sister” y la gloriosa “Go With the Flow” (que odioso momento fue el “guateo” de sonido en su momento clímax eso sí, aunque menos mal fue solo por un momento). Era el cierre en la primera parte y ya mucha gente estaba satisfecha ovacionando a este tremendo combo de cracks del rock, pero faltaba algo más.
El regreso llega con un estupendo regalo para los de vieja escuela: “el primer tema de nuestro primer álbum” lo anunciaba Homme para desatar los stoners riffs de “Regular John” con Fertita siendo el papel preponderante con los sonidos y efectos de violín que esta joya de su catálogo tiene. “A Song for the Dead” es su cierre clásico, un tema donde la exigencia técnica en ellos mismos prima y que siempre nos deja con la adrenalina a mil. Jon Theodore hay que mencionarlo, el batero hace rato que cumple su trabajo en temas exigidos, donde la batería es fundamental (hasta acusó alguna herida en el dedo). Lo mejor fue el fiato y la variedad, QOTSA hizo bailar, nos dio espectacularidad, nostalgia y momentos para el recuerdo. Pese a ciertos peros en sonido y en micrófono, fue imposible no quedar contento con el resultado. La banda, a sus 20 años de vida, se corona como una de las mejores del planeta y vaya que le gusta demostrarlo.
Setlist:
If I Had a Tail
Head Like a Haunted House
Monsters in the Parasol
My God Is the Sun
Feet Don’t Fail Me
The Way You Used to Do
You Can’t Quit Me Baby
No One Knows
The Evil Has Landed
I Sat by the Ocean
Hangin’ Tree (con Alain Johannes)
Domesticated Animals
Make It Wit Chu
Smooth Sailing
I Appear Missing
Villains of Circumstance
Little Sister
Go With the Flow
Encore:
Regular John
A Song for the Dead
Por Patricio Avendaño R.
Fotos: Jerrol Salas