Santiago Motorizado en Concepción: El magnetismo de habitar la noche
Fotografías por David Friz.
Santiago Motorizado se presentó este viernes en La Bodeguita de Nicanor con un intimo concierto que varió entre himnos de El Mató a un Policía Motorizado, canciones de su disco solista “Canciones sobre una casa, cuatro amigos y un perro” y algunos covers, y fue una emotiva explosión de verdad y belleza. — “¿Ey, quien te va a cuidar? En este mundo peligroso tenemos que estar juntos”— fueron las palabras que eligió para abrir el show y durante casi dos horas nos condujo al costado romántico del Apocalipsis. Santi nos dice y nos demuestra que, a pesar de todo, estamos vivos, que estamos acá, y que él también, junto a nosotros. Instintivamente nos hace recordar los años dorado de los noventa con letras que han perdido la esperanza en la humanidad, con la melancolía del corazón, con ese desgarro expresado por Guided by Voices, Pavement o Sonic Youth, con «El Magnetismo» que sigue bajando, con ese calor entre líneas que engendra a veces un oscuro optimismo sobrecogedor.
Sus canciones son como novelas que puedes escuchar. Son los latidos de un corazón enamorado. Libros llenos de personajes, de cuerpos misteriosos, de mujeres de oro, ojos y melancolía. Todo ese mundo narrativo visual brillaba entre medio del público de la Bodeguita que coreaba las canciones acústicas con el corazón en la mano y saltaba las canciones con banda como si ellos mismos estuvieran dentro de la música. Una Bodeguita llena que albergó principalmente el “Canciones sobre una casa, cuatro amigos y un perro”, trabajo donde Santi combina con total soltura su rock personal con elementos del folclore argentino y que es muy singular porque reúne muchas de las canciones que compuso para la recuperada serie de culto “okupas”, reafirmando su título de compositor total.
“Jazmín Chino”, “You Are So Beautiful”, “Europa” y “No podrás” fueron algunos de los covers elegidos por Santi; reversionándolos, habitándolos, haciéndolos propios. Este formato íntimo de concierto que presentó —de solo él y su guitarra— generó una atmósfera única. Las composiciones tomaron otra forma. Las canciones tenían pausas y aires diferentes. A través de los silencios se podía ver el amor que siente Santiago de hacer lo que hace, de cantar con el deseo profundo de sumergir su vida entera en lo que proyecta su voz. Ser parte de ese momento fue algo bastante mágico. Y es que hay voces que clavan su nacimiento con una época significativa de nuestras vidas, de modo que cada vez que lo escuchamos nos devora una y otra vez como el fuego devora. Y Santiago Motorizado es una de esas voces, es ese fuego que nos quema por dentro. Y aunque existe gente que no cree en la magia, que se niega a ver la música como fuego, tal vez sea porque no han escuchado a Santiago Motorizado cantar: “Más allá de las estrellas, esperando una respuesta, de un deseo que pedí y no recibí”.
Puedo asegurar que de todos los asistentes que fueron a Bodeguita el viernes, ninguno viviría en mundo donde no exista Santiago Motorizado. Sino tendríamos que inventarlo, porque músicos como Santi son los imprescindibles, porque la nostalgia de amores perdidos y el regreso a un nuevo amor solo él sabe como retratarlo.