Soundtrack de «Mommy»: Donde la música y película trabajan como columnas
Cuenta Xavier Dolan en una entrevista, que cuando escuchó una pieza del compositor italiano Ludovico Einaudi titulada “Experience” nunca más dejó de pensar en ella. Sólo dejó que lo inspirara su fineza y melancolía. Fue así como esa partitura mutó para Dolan en una fantasía: la de una madre que ve un futuro promisorio y feliz para su hijo.
Dolan es el nuevo regalón del cine de calidad y como es tan joven depende mucho de la estética y de la música para la evolución de sus películas. Ese patrón se cumple en “Mommy”, su última y extraordinaria película. En “Mommy” las canciones no son acompañamiento, al contrario, son una pauta o transición en el film. Algunas son ambientales, como “Childhood” (Craig Armstrong), “Counting Stars” (One Republic) y “Phase” (Beck); otras anticlimáticas como la genial “Building a Mistery” (Sara MacLachlan), “Blue (Da Ba Dee)”y “Vivo per lei”; otras son optimistas y enfatizan la personalidad de los personajes; así es como resaltan “White Flag” (Dido), “One ne change pas” (Céline Dion), “Anything Could Happen”(Ellie Goulding) y “Welcome to My Life”, mientras que otras denotan estados internos de los personajes, felicidad o tristeza, como “Colorblind” (Counting Crows), “Wonderwall” (Oasis), “Experience” y “Born to Die” (Lana Del Rey). Con cada tema de este soundtrack, el director acentúa el valor de la música como otra experiencia dentro de la película.
Por ejemplo, uno de los momentos geniales donde se conjugan ambas sucede mientras suena ‘Wonderwall’ de Oasis: justo se produce la transición de un cuadro 1:1 a uno de pantalla completa. Junto con la música que oímos, la imagen declara que el mundo ha dejado de ser reducido y que la visión de los personajes puede ir más allá del mundo cuadrado en el que viven. Y así el verso “you’re gonna be the one that saves me” deja de ser simple retórica y se vuelve parte de la edición de la película. Este es sólo un ejemplo de los varios que hay en “Mommy” donde música y película trabajan como columnas.
Son 8 temas que hacen de este soundtrack un halo de frescura porque te hace pasar de la música clásica, llena de violines y cuerdas de Craig Armstrong, pasando por la voz genuina de Celine Dion, para disfrutar del más genial brit pop de Oasis. Este soundtrack loco, que se va a la segura con una buena mezcla y que te escuchas en menos de una hora, es un total deleite, tal cual lo es la película. Excelente es decir poco.
