Como toda la década de los 90, 1996 sería esencial en el desarrollo de la…
25 discazos que cumplen 25 años: Los mejores discos de 1996 (Segunda Parte)
Segunda parte de esta magna y nostálgica selección. Acá, los 12 discos que complementan nuestra lista de 25:
Despedazado por mil partes
La Renga
Un álbum cargado de himnos, que aportaron un cancionero de lujo al rock argentino. Fue el disco que los catapultó a ser una banda de estadio, no sólo allende los Andes, sino que también en Chile y Latinoamérica. ‘A la carga mi rocanrol’, ‘El final es en donde partí’, la intensa y poderosa ‘Balada del diablo y la muerte», y un puñado de canciones más que se han transformado en parte importante de la consagración definitiva de la banda del gran Gustavo «Chizo» Nápoli y los suyos. Un esencial del rock en habla hispana de todos los tiempos.
Murder Ballads
Nick Cave & The Bad Sees
Sólo un compositor con la soberbia de Nick Cave pudo haber recopilado populares historias criminales para inspirarse y hacer un disco de pop. Pero de las antípodas del pop. Oscuro, macabro, sórdido. Murder Ballads muestra al australiano como un crooner atormentado y pasional, poniéndose en el lugar de los asesinos de las historias que va narrando. Sus cómplices, la orquesta ensangrentada Bad Seeds, implacables en el set de baladas alternativas, precisos en cada arreglo sin quitarle el protagonismo a Cave. También cómplices fueron PJ Harvey, Kylie Minogue y Anita Lane, aportando el toque femenino a esta odisea sonora, al punto que junto a ellas se alzan las mejores canciones: ‘Henry Lee’, ‘Where the Wild Roses Grow’, ‘The Curse of Millhaven’ y ‘The Kindness of Strangers’.
Una densidad tremenda para un álbum que marcaba una de las grandes etapas de Ministry. El genio Al Jourgensen, secundado por Paul Barker en esta pasada, giraban su sonido a algo más ralentizado, muy doom y sludge, pero con las máquinas como fieles compañeras. Canciones devastadoras como ‘Lava’, ‘Crumbs’, la propia ‘Filth Pig’ y un curioso y acertado cover a Bob Dylan con ‘Lay Lady Lay’, dejaron la marca de uno de los grandes registros de esta gran banda del industrial.
El debut de una banda intermitente, pero no por eso menos relevante. Si George Harrison había acercado la música raga al pop en los 60, Kula Shaker lo hizo con una precisión y acierto como nadie en los 90, mezclando los ritmos hindúes con el rock sicodélico y el incipiente britpop. El resultado: una sonoridad única, extrañamente jovial y radiante en una época marcada por la rabia y la apatía. ‘Hey Dude’, Govinda’, ‘Tattva’ y ‘Grateful When You’re Dead (Jerry Was There)’ son canciones esenciales para la banda, para el estilo y, por qué no, para la década.
Sepultura ya venía con aires de cambio después del certero Chaos A.D. (1993), pero nunca fue tan drástico el giro como con el gran Roots, que terminó por celebrar de la mejor manera posible sus raíces tribales brasileñas. Es un disco político, que reivindica a los pueblos oprimidos en su natal Brasil. La forma en que mezcló los ritmos de las tribus amazónicas con el groove metal, fue lo mejor que dejó esta placa inolvidable.
Stag es el disco con que los fundamentales Melvins terminan su trilogía noventera junto a Atlantic Records (antecedido por Houdini y Stoner Witch), donde su característico sludge metal se escucha influenciado con otras sonoridades que estaban ocurriendo en los ya lejanos 90. Despojados de prejuicios y estándares musicales, y con una profunda intención de sonar poderosos, el disco es, literalmente, esquizofrénico. Una especie de collage ruidoso con altas dosis del rock setentero, hardcore y algo de blues. Ah, y grunge experimental con trompetas y arreglos absolutamente inusuales, sólo escuchen ‘Bar-X the Rocking M’.
Luego de su debutazo homónimo, Korn no la tenía fácil, sin duda muchas miradas estaban puestas en sobre qué nos iban a ofrecer los californianos después de despacharse un disco que marcó tendencia y creó un estilo. No defraudaron, pues este segundo álbum nos entregó maravillas que nos mostraban un grado de madurez, pero sin dejar su tremendo estilo inicial: ‘Wicked’, ‘A.D.I.D.A.S.’, ‘Good God’ fueron algunas de las piezas clave de este excelente regreso de los padres del nu metal.
Pese a que no es un disco de canciones en estudio, dejar el desenchufado de Alice in Chains fuera de esta lista sería una aberración. Simplemente, es uno de los momentos más mágicos y emocionantes que nos ha dado el rock, con Layne Staley muy ido a causa de las drogas, pero con una interpretación tremenda. Grandes versiones de ‘Nutshell’, ‘No Excuses’, ‘The Killer Is Me’, y Sludge Factory’ -una de las nuevas en ese momento-, nos dejaron un momento musical para atesorar.
Antichrist Superstar
Marilyn Manson
Impresionante. Un disco que hasta el día de hoy es el preferido de sus fans más dévotos. El gran concepto de reverendo Manson, convertido en una versión de Ziggy Stardust moderno y más apocalíptico, contando esta historia -subdividida en tres partes- sobre una estrella del rock que cae en decadencia y que viene a ofrecer la salvación humana. Musicalmente, Manson y su productor, el virtuoso Trent Reznor, dejaron notables temas exitosos y joyas del industrial poco comunes. ‘Irresponsible Hate Anthem’,’Beautiful People’, ‘Tourniquet’, ‘The Angel With the Scabbed Wings’, ‘Antichrist’ y ‘1996’, son algunas de ellas.
Comfort y música para volar
Soda Stereo
Sin duda, 1996 significó el año de los mejores unplugged para MTV. Ya se ha hablado de la enorme presentación de Alice in Chains y la soberbia de Los Tres en Miami. Bueno, el trío argentino no fue la excepción. Los Soda se propusieron una espectacular presentación, creando electrizantes y envolventes arreglos para sus clásicos, que musicalmente superan a las versiones originales. Punto aparte fue el oficio de Cerati, mostrándose más que inspirado, y demostrando su jerarquía como guitarrista, despachándose sendos pasajes llenos de fuzz y distorsión que descansaron en praderas de samples electrónicos, su fetiche por aquella época. ‘La ciudad de la furia’, ‘Un misil en mi placard’, ‘Entre caníbales’, ‘Ángel eléctrico’ y ‘Planeador’ hacen toda esa presentación.
Tiny Music… Songs from the Vatican Gift Shop
Stone Temple Pilots
Si ya en Purple escuchábamos cómo los Pilots se empezaban a desmarcar del nicho del grunge, fue en Tiny Music donde lo lograban casi por completo. Optando por la sicodelia y los sonidos setenteros como gran arma de batalla, Weiland y los suyos encontraron muy buena inspiración para despacharse hits de la talla de ‘Big Bang Baby’, ‘Trippin’ on a Hole in a Paper Heart’, ‘Lady Picture Show’ y otras canciones de vena mas experimental como ‘Art School Girl’ y la notable ‘Adhesive’.
La verdad, es que los 90 fueron muy fructíferos para los maestros del punk rock californiano. The Gray Race es una maravilla que no te suelta, desde que inicia hasta su final. Lleno de letras de conciencia social, contestatarias y filosóficas, nos entregó joyas como ‘Parallel’, ‘Streets of America’, ‘A Walk’, o la propia ‘The Gray Race’. Un gran disco del punk de todos los tiempos.