No cabe duda alguna que la música de The Beatles ha golpeado en varias generaciones…
2×1: «Jesus Doesn’t Want Me for a Sunbean» The Vaselines vs. Nirvana
Esta es una canción con mucha fibra, melodía y sentimiento que está puesta dentro de ese maravilloso grupo de seis canciones covers que Nirvana eligió para su aclamado Unplugged para MTV, que nos mostró las ganas que siempre tuvo Kurt Cobain de reivindicar lo de sus exquisitos gustos musicales. Hay una interesante lista de bandas y discos que se publicó de pluma y letra del fallecido líder que da cuenta de sus variopintas influencias, la mayoría procedente de bandas muy underground ochenteras y que, por cierto, luego de esto y aquella famosa lista han logrado ver un poco más de luz.
Una de ellas fueron los escoceses de The Vaselines, que lo que hicieron básicamente fue readaptar una canción infantil como una forma de criticar la religión. Sobre la banda escocesa Kurt Cobain comentó en algún momento que era su banda fetiche y la consideraba la segunda mejor de la historia del rock, tras la primera: The Beatles. Y su hija Frances fue bautizada a modo de homenaje a la vocalista de la banda Frances McKee.
El antiguo himno cristiano es en estricto rigor llamado «I’ll Be a Sunbeam», donde tiene en su primera línea el verso «Jesús me quiere por un rayo de sol» (Jesus Want Me for a Sunbean), un tema que data de principios del siglo XX, realizado por Nellie Talbot; cantada con música compuesta en 1900 por Edwin O. Excell. Por esos años (a fines de los ochenta) la banda tuvo serios problemas por el contenido polémico anti-católico de sus letras, incluso llegaron a ser censurados en varias ocasiones. En canciones como ‘Dum Dum’ hasta invocan a Satanás en el mejor sentido irónico de la palabra y acá no hacen más que expresar su punto de vista ante lo que ellos consideran cinismo de aquellos religiosos que profesan que «Jesus es Amor y que murió por nuestros pecados».
Con The Vaselines se expresa lo opuesto: «Jesus Don’t Want Me For A Sunbeam» es básicamente la forma en que el cantante dice «Cometí errores, Aprendí de ellos, así que no esperes que me sienta culpable y no esperes que pretenda ser perfecto cuando todos sabemos que no lo soy. Aparte de «No esperes que llore por las razones que tuviste para morir» como así también «no esperes que muera por ti».
Jesús no me quiere por un rayo de sol
Porque los rayos del sol no están hechos como yo
Y no esperes que llore
Por todas las razones por las que tuviste que morir
Nunca reclames tu amor por mi
No esperes que mienta
No esperes que llore
No esperes que muera
Por ti…
Nirvana y Cobain no fueron azarosos al respecto en la elección: Cobain fue un tipo que pese a su seno familiar cristiano, al crecer nunca abrazó la religión católica y sus pensamientos estaban más con el budismo y de ver la vida no tan solo como algo físico, sino como algo trascendente, tal vez un motivo que gatilló su suicidio tan joven, entre muchas otras razones, y vaya que sí fue trascendente su figura y la música de Nirvana de la que gozamos hasta nuestros días y que se sigue recogiendo como referente de toda una generación y las posteriores.
Su descontento con el cristianismo se hizo patente en 1986 al pintar un graffiti en la fachada de una iglesia en la que podía leerse ‘Dios es gay’ (usada también en el tema de Nevermind «Stay Away» y ‘Aborto a Cristo’), hechos que sin embargo lo hicieron convertirse en referente de quienes denunciaban el machismo y la homofobia de las religiones. Cobain, de muchas formas, estaba siendo un adelantado a los tiempos de la lucha por la igualdad de género que ha desarrollado una evolución, importancia y debate vital en el nuevo milenio.
En su interpretación en el Unplugged podemos ver todo el sentimiento que Cobain pone en el tema, acompañado de un Krist Novoselic en el acordeón, resultando de ella una versión mucho más intensa que la original. También lanzó dos versiones más de esta canción en el box-set With the Lights Out. Estas eran una versión acústica, grabada en febrero de 1994 en Portugal, y una versión enchufada en el DVD.
Recordamos el gran desenchufado: