2×1: «La muerte de mi hermano» Los Mac’s vs. Angelo Pierattini
1967: el año 0 del Rock Chileno.
La historia del rock chileno es fascinante, entre otras cosas, porque es escasa y las discontinuidades en su desarrollo abundan. Fue necesario, y sigue siendo, un ejercicio arqueológico para descubrirlo. Es escasa, porque comparando con los países del hemisferio norte en donde se gestó, y con nuestros vecinos argentinos o brasileros, en Chile hay pocas bandas de rock consagradas, masivas, importantes y conocidas por todos. Capítulos enteros de su historia están relegados al underground y al culto. Es discontinua, porque al tener una dictadura de 15 años entre medio, truncó el desarrollo de tendencias fundamentales que debieron haber tomado más fuerza como el hard rock, el blues rock o la psicodelia. Es cosa de revisar la literatura, cada vez más abundante y atractiva, sobre el género: Fabio Salas, Marisol García, David Ponce y Gonzalo Planet, entre otros, han hecho grandes esfuerzos por recolectar la información necesaria para contar esta historia.
Es por esto que Los Mac’s y “La muerte de mi hermano”, su canción más conocida, son tan importantes para todo lo que vendría después. Como ya se sabe, las primeras bandas de rock chileno partieron haciendo casi exclusivamente covers en inglés, de grupos ingleses o estadounidenses. The Jokers, Los Picapiedras, Beat 4, Los Vidrios Quebrados y los mismos Mac’s, por nombrar algunos, eran famosos por interpretar canciones de The Beatles, The Rolling Stones, The Troggs, The Kinks, The Yardbirds, y un largo etcétera. En este contexto, Kaleidoscope Men (1967), el tercer disco de la banda, fue toda una revolución al ser, junto al fundamental “Fictions” de Los Vidrios Quebrados, uno de los primeros discos de rock chileno en estar compuesto íntegramente por canciones originales.
Una canción en español, de protesta y radio friendly.
A diferencia de muchas de las otras canciones de “Kaleidoscope men”, “La muerte de mi hermano” no hereda el sonido de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de The Beatles, por esos días un disco tremendamente influyente para la banda de los hermanos Mac-Iver. Más bien transita por un sonido más cercano al hippismo de The Mamas and the Papas, o a la épica de House of the Rising Sun o Paint It, Black. Contiene elementos folk que a veces recuerdan al Dylan eléctrico, lo que no es casual, al tratarse de una canción de protesta que no compusieron ellos, sino su vecino porteño Payo Grondona, miembro del movimiento de La Nueva Canción Chilena.
Podría pensarse, de hecho, que una de las razones por las que fue ésta y no otra canción la más popular de la banda, es justamente esta amalgama de influencias que la distancia del resto del disco. Kaleidoscope Men es un disco tremendamente inspirado en la psicodelia inglesa de la segunda etapa de The Beatles, The Zombies o The Turtles, un sonido que en 1967 recién venía inaugurándose. Así, mientras los miembros de la banda eran receptores más inmediatos de las nuevas tendencias del hemisferio norte, al pertenecer a un sector más acomodado y vivir en el puerto de Valparaíso, las masas aún venían escuchando sonidos desarrollados un par de años antes, como todas las influencias citadas arriba.
“La muerte de mi hermano” es una canción de protesta. No obstante, no tiene nada que ver con demandas sociales locales sino más bien con la invasión estadounidense a Santo Domingo. Se trata, por ende, de una canción que se alinea con banderas pacifistas propias del mundo hippie, más que con consignas políticas críticas contra el capitalismo, que pocos años después empezarían a tomar fuerza en Chile. Por esto, si bien hoy en día para nosotros escuchar la letra de esta canción puede sonar extraño y ajeno, en 1967 no lo era tanto, al punto que una de las canciones más emblemáticas de Víctor Jara trata sobre la guerra de Vietnam (“El derecho de vivir en paz”, otra de las composiciones a las que el rock chileno le debe mucho).
“La muerte de mi hermano” es la primera piedra del rock chileno[1]. Se trata de una canción que si bien es bastante conocida por aquellos cercanos al rock, en ningún caso es conocida por todos los chilenos, como ocurriría en otras latitudes con mayor cultura rockera. Por lo mismo, tampoco ha sido tan versionada ni revisada por otros grupos. La primera versión de la que hay registro conocido fue una especie de “We Are the World” criollo grabado en 1994, donde participan todos los nombres importantes de la época: miembros de Fulano, Los Morton, Los Tres, Mauricio Redolés, entre otros, dan forma a una versión más preocupada de rendir un tributo grandilocuente, a la altura del legado de la canción, pero que deja bastante que desear en términos estrictamente musicales. La versión que revisaremos en este 2×1 es la de Angelo Pierattini y Las Calaveras Errantes, mucho menos bullada, pero con buenos argumentos a ser destacados.
Angelo Pierattini y Las Calaveras Errantes: un tributo desde el hard rock
Angelo Pierattini, líder de Weichafe y principal referente del rock chileno de guitarras eléctricas en los últimos 15 años, grabó en 2010 un EP de covers llamado “Ti Voglio Bene”, cuyo track de partida es “La muerte de mi hermano”. Se trató de un disco con distribución limitada, en una edición con las precariedades propias de la independencia y una industria discográfica aún débil como la chilena (es necesario hacer el punto). Más allá del diseño y la calidad física del producto, se trata de una colección de canciones sorprendentemente buena, con versiones de Rubén Blades, Víctor Jara, Carlos Corales y Los Mac’s, todas en el reconocible idioma musical de Pierattini, con una guitarra eléctrica siempre protagonista y alta vocación pop.
Esta versión de “La muerte de mi hermano” convierte la canción en un tema de hard rock tremendamente coherente y “natural”, para nada forzado. Lo interesante, no obstante, es que no solo se encarga de electrificar y agregar riffs de hard rock a la original, sino que, curiosamente, también le entrega el guiño beatle que los propios Mac’s no le dieron en su momento, gracias a armonías vocales incorporadas en toda la canción de muy buena manera. Además, incorpora al final una parte extra con un solo de guitarra breve, preciso y con una potencia que en vivo se triplica, como es habitual en la forma de tocar la guitarra del líder de Weichafe.
Como señala David Mac-Iver, guitarra y fundador de Los Mac’s: “Fue la canción del disco que más sonó en las radios, por estar en castellano, tener una letra agresiva, un verso pegajoso y los efectos de sonido”[2]. En términos estrictamente musicales, “Kaleidoscope Men” de Los Mac’s y “Fictions” de Los Vidrios Quebrados comparten el trono y son indicados por todos los entendidos como la piedra angular del rock chileno. Sin embargo, “La muerte de mi hermano” fue un paso más allá, al instalarse como un hit de la música popular, cuestión fundamental para los orígenes del rock: estar hecho para las masas, no para las élites melómanas.
[1] David Ponce (2008): Prueba de Sonido. Primeras historias del rock en Chile (1956-1984). Ediciones B.
[2] Ibid.
Por Felipe Godoy Ossa