2×1: «Sympathy for the Devil» The Rolling Stones vs. Jane’s Addiction
Uno de sus temas símbolo, y que justamente ha sido versionado por muchos artistas, es “Sympathy for the Devil”, lanzado en 1968. Fue compuesto por Mick Jagger basándose en la literatura francesa, de la cual era muy fanático por esos años. Jimmy Miller estuvo en la producción y se lanzó como pista del álbum “Beggars Banquet”. Como todo en los inicios de los Stones, el tema levantó una tremenda polvareda. En la letra, Jagger interpreta a un misterioso personaje sin nombre, que reclama ser la principal fuerza detrás de todos los actos de maldad que han tenido lugar en el mundo. Musicalmente hablando, es una tremenda pieza. No solamente por la mezcla instrumental sino porque no es la típica canción de rock, donde las protagonistas son las guitarras y los ritmos de cuatro tiempos. Acá se fue más allá y tenemos presencia de samba, harta percusión, lo que da a la imaginación el paraje de una selva.
La voz de Jagger se vuelve un grito, el sonido se hace muy tribal en cada estrofa y da la impresión de estar presenciando una típica ceremonia o ritual hindú. El bajo aparece junto a la percusión. Destaca el trabajo de Keith Richards junto con el de la batería, la que juega un papel preponderante debido a la estructura del tema, cuya idea principal es llevarnos a la representación de un ritual tribal. Hay acordes discretos de un piano, que se escucha muy suave, siguiendo el ritmo templado de la pieza; sin embargo, cuando el bajo vuelve a tomar protagonismo, aumenta su velocidad conectándose con la percusión, que a estas alturas es de total agitamiento. La voz de Jagger va tornándose más agresiva. Hacia el final, la voz principal vuelve a la normalidad para cerrar con la última estrofa, acompañado de un extenso compás de bajo, percusión, guitarra, coros y piano. La voz de Mick se enfrenta a la guitarra de Keith, haciendo un eco. La canción estuvo varios años sin ser tocada por la banda debido a un accidente, con resultado fatal, ocurrido en un concierto en California en 1969.
En sí es un tema rabioso, que derrocha energía, mezclado con una gran cantidad de capas musicales. La instrumentalización es de gran nivel. Por esto, la crítica musical la considera como una creación elogiable, como una de las mejores grabaciones de la banda. En el año 2004, la revista Rolling Stone la incluyó en el puesto n° 32 en su lista de “Las 500 canciones más grandes de la historia”. Nada mal.
Hay dos covers del tema que son dignos de mencionar. El de Guns N’ Roses y el de Jane’s Addiction. En este último nos queremos detener pues nos parece un muy buen ejemplo de cómo dar vuelta un tema, convertirlo completamente en otra cosa, en otra propuesta. Los “inventores” del rock alternativo, los que llegaron a desestabilizar la industria y que se adelantaron a toda la revolución cultural de los 90’s, hicieron un tremendo cover para su disco en directo de 1987. El tema había sido tocado muchas veces por la banda, pero alcanzó más notoriedad cuando los californianos hicieron una alianza con la poderosa serie de motoqueros Sons of Anarchy, y el tema fue incluido como final de temporada en 2012. Esto obligó a una revisión del tema en función de la serie, que tenía características muy especiales y muy norteamericanas, lográndose un producto ad hoc a los protagonistas y a la línea argumental.
Hay mucho rasgueo, guitarreo puro del medio oeste que te traslada a una carretera sin nada más que el viento en contra. La batería entra a acompañar este rasgueo y acelera el ritmo, mientras la voz de Perry Farrell se mantiene calmada pero subiendo el decibel hacia el estribillo. El riff del medio es muy cuidado y plenamente aplicado a la serie SOA. Son dos versiones de un tema diametralmente opuestas. Una es puro desgarro, percusión, ritmo, y la otra es pausada, más lineal, como si hubiera sido pensada para el grupo de motoqueros. Haciendo la comparación, evidentemente la versión de los Stones es más trabajada y virtuosa, pero muchos se quedan con la propuesta de Jane’s Addiction por la transformación que hicieron del tema original, lo que también es algo provisto de mérito.