Charly García, uno de los más grandes exponentes del rock argentino y latinoamericano vuelve a…
40 años de «Clics Modernos»: El álbum definitivo de Charly García y del rock argentino de los 80’s
Un clásico del rock argentino alcanza las cuatro décadas de vida. ¿Por qué es tan importante?
No fue solo la inspiración y la innovación musical que alcanzó Charly. «Clics Modernos» marcó un cambio radical en el sonido del hombre del bigote argentino y de la música de aquel país en general. El rock clásico de cepa Dylan, Beatles y Spinetta se fusionaba de forma muy dinámica con el new wave, la música electrónica y la música popular argentina, consolidando un sonido, un paso adelante y una mirada vanguardista para su época.
También evolucionó en varias cosas: la poesía y el tiempo y lugar desde donde salían las canciones, el álbum alcanzó algunas de las letras más profundas e introspectivas que abordan temas como la alienación, la crítica social, política y la lucha interna del ser humano. Charly García lograba en una dura época expresar emociones y pensamientos complejos de una manera poética y cruda.
“Llegué a Nueva York hace dos meses. Vine a comprar nuevos instrumentos. Estuve diez días y me fui a Los Ángeles, donde están Pino Marrone, Pedro Aznar, Gustavo Santaolalla y otros músicos argentinos trabajando desde hace algún tiempo. Ahí me picó el bichito de quedarme a vivir una temporada en Estados Unidos. Y aquí estoy. Me moviliza el afán de participar, de integrarme a los movimientos artísticos de Nueva York. No por la vía de las grabadoras, sino tocando en pubs, con grupitos y esas cosas. En síntesis, vine a empezar de nuevo» contaba el crack del rock argentino acerca de aquel momento que lo llevó a EE.UU. a grabar lo que hoy es considerada su obra maestra.
«Los Dinosaurios», «Nos Siguen pegando Abajo», «No Soy Un Extraño», «Nuevos Trapos» o «No Me Dejan Salir», fueron solo algunos de los tracks que dotaron a Argentina de un clásico inmediato. Y varias de estas canciones distaban en estilo, ánimo y musicalidad de otras, por lo que el disco propone un viaje que hasta hoy puede sonar muy fresco, pero a ratos muy melancólico y emotivo.
Charly no venía solo y esa siempre fue una de las características de su época ochentera, creando consigo todo un semillero de músicos argentionos: el álbum incluyó una gira nacional contando aquellas cuatro noches legendarias en el estadio Luna Park. Willy Iturri, Pablo Guyot, Alfredo Toth, Daniel Melingo, Gonzo Palacios, Fabiana Cantilo y Fito Páez fueron los elegidos para acompañarlo.
“Todo en mi vida es un antes y un después de ese momento. La escucha del álbum fue una experiencia religiosa. Una revelación. Modern Clix es una de las cumbres musicales del siglo veinte. Y yo estaba allí, en primera fila. Los privilegios que te brinda la suerte. Una mixtura elegantísima de polirritmias, teclados de última generación, Pedro Aznar, Rickenbacker, Larry Carlton, máquinas de ritmos, samplings de James Brown recién salidos de una cueva del Greenwich Village, un joven Joe Blaney, el dolor causado por los desaparecidos argentinos bajo el terrorismo de Estado, los deseos de dejar de esconderse. NYC, la Argentina fracturada y el talento sagrado de Charly García haciéndose preguntas: ‘¿Por qué tenemos que ir tan lejos para estar acá?’. Queriendo poner a bailar a un país que aún le pedía explicaciones a él, que ya estaba cansado de pensar. A él, a quien sólo le interesaban los esqueletos en movimiento”, dice Fito Páez en su libro Infancia y juventud.
Fue influencia directa para una generación entera de músicos y artistas en América Latina. Su impacto fue tan significativo que se considera uno de los álbumes clave para entender la evolución de la música en la región. A estas alturas su importancia radica en las canciones y lírica, pero también por su influencia en la cultura y su capacidad de trascender el tiempo y dejar una marca en la historia del rock.