Una de las figuras más icónicas y queridas del post grunge noventero sin duda es…
All I Can Say: el diario de vida de Shannon Hoon y las autocrónicas de una existencia fragmentada
Dir. Danny Clinch, Taryn Gould y Colleen Hennessey, Shannon Hoon, 2019
El festival In-Edit, en su décimo séptima versión, nos deleita con All I Can Say, documental sobre Shannon Hoon (1967-1995), el inquieto y enigmático líder de la banda norteamericana Blind Melon. Compuesto por imágenes de una videocámara que se transformó en su fiel compañera y amiga, Shannon Hoon se grabó a sí mismo y a su círculo más cercano durante los últimos cinco años de su corta vida, registrando su día a día con la finalidad de confeccionar su archivo audiovisual personal, desde su llegada a Los Ángeles en 1990, hasta las horas previas a su inesperada muerte, el 21 de octubre de 1995, por una sobredosis de cocaína a los 28 años de edad. Honesto, crudo y revelador, este documental saca a la luz la historia de una más de las tantas víctimas que ha cobrado la industria musical y el accionar cizañero de algunos medios de comunicación, al ejercer inhumana y constante presión sobre los artistas. All I Can Say es la unión de las crónicas de Hoon, un chico sumamente sencillo, intranquilo, apasionado e inteligente. Un alma juguetona, a veces inocente y pueril que registró parte de su vida, así como también el ascenso y declive de su Banda Blind Melon.
Luego de conseguir el éxito, gracias a su sencillo ‘No Rain’ de su álbum debut (1992), Blind Melon despega y con ello sus vidas se debieron ajustar a las exigencias de los gigantes de la industria musical. Una tarea que en un inicio se tomaron con humor y esperanza, rápidamente se tornó en presión, control y agotamiento… tan rápido como llegó el éxito de la banda, fue también su desmoronamiento. Esto queda asentado en sus crónicas en video, ya que prácticamente Hoon registraba cada segundo de su vida (y si no lo hacía, luego se lo confidenciaba a la cámara, a la que le hablaba como a otro ser humano). Un claro amante del film amateur, se percató muy temprano del tremendo valor que tenía su cámara, y lo poderoso de esta herramienta cuando se le oye decir: “Soy el cámara. Soy el que no sale tanto en los videos, porque me estoy asegurando de que el resto tenga este metraje en el futuro”. Jugando con su cámara, logra registrar fragmentos familiares, su vida en pareja, la paternidad (y su mala reacción que tuvo en un comienzo), el peso de la fama, las giras prolongadas y agotadoras, la soledad, su comportamiento autodestructivo en especial con el consumo de drogas y alcohol, el proceso creativo, el estado de shock que le produjo la muerte de Kurt Cobain, su respeto y admiración por Neil Young, la camaradería con Guns N’ Roses, los arrestos y altercados con la policía, el humor y también, la alegría de compartir con los amigos de la banda.
Así, Shannon Hoon comenzaba a armar un archivo, su propia imagen latente que quedó sin publicar por décadas, considerando que a mediados de los años 90’s, no existía la posibilidad de subir material audiovisual de manera fácil y rápida como acostumbramos a hacerlo hoy. Casi un adelantado, gran parte de lo que él filmó presagia las redes sociales contemporáneas, con una serie de fragmentos audiovisuales que terminan combinando contenido propio, contenido de la industria y la cultura popular y el acontecer de aquellos entonces; una especie de identidad mosaico, adelantada a su tiempo. Por ello que, en este documental, a Hoon se le atribuye el mérito de ser parte de los directores, junto a Danny Clinch, Taryn Gould y Colleen Hennessey.
Sus imágenes, registradas en un Hotel de New Orleans el 21 de octubre de 1995, sería el último material de su archivo audiovisual. Horas más tarde fallecería en el autobús en el que la banda salía de gira. Premio al Mejor documental Musical Internacional 2020, All I Can Say es uno de los tantos imperdibles del Festival In-Edit, que estará disponible hasta el 14 de diciembre de 2021.