Aniversario Rockaxis 2017: Más que un festival, una celebración del rock chileno

El rock chileno vivió una jornada de cierre de año bastante especial. El motivo de la reunión fue un nuevo aniversario de la marca Rockaxis, plataforma que durante 17 años ha promovido la semilla del rock made in Chile. Varias de esas bandas hoy ya maduraron y se pasean durante el año en todo tipo de circuitos, festivales dentro y fuera del país, construyendo una fanaticada fiel que empezó a repletar el Teatro Teletón desde la tarde.

La fiesta partió temprano, con Tenemos Explosivos y Mandrácula para luego, ya entrada la noche, degustar la propuesta de los colombianos Diamante Eléctrico, los que con solo 6 años de trabajo ya se hicieron de un Grammy y del honor de telonear a los Rolling Stones, por lo que esta oportunidad era precisa para escuchar su sonido cercano al fuzz y garage con algunos destellos zepellianos. Pero la noche fue para el rock nacional que mostró sus perfectas cartas además con bandas totalmente consagradas y vitales como Criminal, Weichafe, el inmejorable momento de Kuervos del Sur y los siempre poderosos y cautivantes Rama.

Tenemos Explosivos

Lograron atraer público a las 6 y media de la calurosa tarde del viernes, y eso no es por nada. Tenemos Explosivos anunció días antes por sus redes sociales que ésta sería una instancia única, ya que no volverían a ejecutar Derrumbe y celebración en su completitud otra vez. Y cumplieron, ya que fueron de las pocas bandas que efectivamente ejecutó en su totalidad -y en orden- el disco para el que fueron convocados. Pasaron ‘El mejor jugador del fuego’, ‘El misterio de Kosovo’, y las grandiosas ‘La renuncia del hermeneuta’ y ‘La viuda de Namir’. No obstante, el primer momento de la jornada en que el público mostró su intensidad vino hacia el final, con ‘Antígona 404’ y ‘Un banquete para Tiestes’, con trompeta incluida de un Eduardo Pavez que demuestra su gran despliegue como frontman cantando, gritando, recitando, haciendo samplers y distorsionándose la voz. Lamentablemente, la acústica y el eco del recinto -a un 20% de capacidad por el horario- impidió que las partes recitadas de Pavez y los samplers -parte clave de la propuesta que hace tan particular a Derrumbe y celebración- no se escucharan del todo bien. De todas formas, Tenemos explosivos -la banda nacional de más joven trayectoria en un cartel de puros clásicos- demostró que tenía su lugar más que merecido ahí.

Mandrácula

«Sexy» es uno de los mejores discos de hard rock nacional, es definitivamente un clásico. Sin embargo, en la performance de Pancho Rojas y compañía (sin Alejandro Silva en la guitarra, por cierto, considerable baja) se notó demasiado que Mandrácula es una banda inactiva, que ciertamente nunca tuvo continuidad por un período prolongado, y que no pudo traspasar al escenario la potencia de un disco tan querido. La banda, de hecho, hizo una presentación muy breve del disco -no sabemos si por decisión propia o de la producción del evento- dejando fuera canciones notables como ‘Camino lento’ o ‘Rayo de muerte’. Un momento destacable fue cuando invitaron al célebre Ra Díaz, el ex- Drogatones que actualmente se desempeña como bajista de Suicidal Tendencies. Gran momento, el público que ya empezaba a poblar el recinto lo agradeció, y le dio un matiz a una presentación que fue la menos vistosa de la noche.

RAMA

Con más de 20 años de trayectoria y trabajos sólidos que han fortalecido su esencia rock, hay que dejar en claro que Rama crece enormemente en vivo. Su desempeño en el escenario de la fiesta Rockaxis desgarró pasión y entrega. Si bien tuvieron espacio para un show muy acotado, éste nos permitió volver atrás en el tiempo y rescatar los años en que el nu metal era el fuerte y ellos se hacían del bastión en Chile. El Disco Amarillo, joya editada en 1999, fue la invitación para este show que fue coreado y disfrutado gracias al poder indiscutible de la voz de Sebastián Cáceres, la impronta de la banda y de este clásico que selló el respeto de la crítica y la adoración de la fanaticada. El sonido fue muy potente y, como siempre, se mostraron cercanos y participativos con el público los que para ellos son parte de su familia, familia que sigue en su mejor momento.

Kuervos del Sur

Tras la participación de Rama, fue el turno de otra banda nacional que ha tenido un ascenso meteórico, sobre todo este año y tras la edición del excelente “El Vuelo del Pillán” que los ha posicionado con fuerza, incluso para lograr un Premio Pulsar a “Mejor Artista Rock”. Kuervos del Sur desplegó un show intenso y rítmico, de primer nivel, con letras maduras y conscientes que nos señalan que el vuelo de la banda seguirá en ascenso; su excelente combinación de rock con raíces latinoamericanas, utilizando instrumentos del folclor y dando una segunda vuelta a su propuesta rock, los hace un imperdible ya que, al igual que Rama, los Kuervos han trabajado en la conexión con el público, llegando a momentos de mucha emoción, incluso cuando llaman a no perderse la “fiesta” democrática que viene y que podría cambiar el rumbo de nuestro país. Así son los Kuervos, involucrados, maduros, más que una banda de rock con buenos temas y que dejaron la mesa servida para que el público siguiera disfrutando del aniversario Rockaxis, con rock chileno clásico y del mejor.

Diamante Eléctrico

Los colombianos debutaron en Chile y no pasaron para nada desapercibidos. Entre el público había curiosidad y ánimo en saber de su propuesta, pese a que hasta la fecha son muy poco conocidos por la masa. La banda que ya es acreedora de tres Grammys, nos demostró el porqué de aquello, con su propuesta poderosa en sonido, con un blues electrificado y garagiento, con un nivel notable en cuanto a desplante escénico y dejándonos claro porquè han llegado a codearse con grandes como los Stones, Foo Fighters y han tenido presencia en varios festivales internacionales dejando muy bien puesto el nombre de su país. Sin tener sus temas tan incrustados en las memorias de los chilenos, la gente los despidió con un caluroso aplauso más que merecido tras la interpretación de temas como su exitosa ‘Déjala Rodar’ o ‘Placebo’, entre otras.

Tras los show de las bandas más nuevas que representan la nueva savia del rock nacional – a excepción de los foráneos Diamante Eléctrico- y los clásicos Mandrácula, el metal nacional tendría uno de sus más clásicos y letales representantes en la fiesta de aniversario Rockaxis.

Criminal

La banda de Anton Reisenegger pisó suelo nacional hace algunas semanas para celebrar el aniversario número veinte de «Dead Soul» uno de sus más insignes discos. ‘Denial’ y ‘Scapegoat’ dos actos de riguroso thrash y death metal hicieron temblar el teatro de calle Rosas. La escuela noventera del metal, esa que los nacionales reflejaron en actos primordiales de la época (Carcass, Sepultura, Machine Head) se tomó con nostalgia pero con una perdurable agresividad el Teletón que hizo que cada tema de ‘Dead Soul´ fuera disfrutado como lo que es…¡como un clásico!’Collide’ ‘Terror’ y ‘Life is agony’ demostraron vigencia y el trabajo del nuevo guitarrista Sergio Klein destaca como un gran ejecutor de los solos que grabó el ex guitarrista Rodrigo Contreras.

‘No Salvation’ ‘Victimized’ y ‘S.S.S’ continuaron con la descarga del Criminal en modo groove. ‘Hijos de la miseria’ y ‘Slave master’, dos canciones conocidas hasta por el rockero que no necesariamente maneja al dedillo el repertorio de Criminal, supo convocar el entusiasmo de un público quizás extenuado que finalmente terminó por levantar el puño en alto en los coros de ambos himnos. ‘Nation of hate’ y la nunca antes tocada en vivo por la banda ‘Guilt’ -una pieza maestra de sludge- finalizaron el poderoso show de los nacionales, conmemorando así a vista de nuevas generaciones un disco bisagra en la historia del metal chileno.

Weichafe

La noche avanzaba y correspondía ver el regreso desde México de otros emblemas del rock chileno del nuevo siglo. Weichafe, la banda liderada por Pierattini y Da Venezia tenía parte del público ya en su bolsillo, ya que antes rondando el teatro se pudo apreciar las pancartas, banderas y lienzos en señal de apoyo a la banda. En esta ocasión, al igual que las otras bandas nacionales, debían presentar un disco en vivo, ¿el elegido? su disco Rojo de 2002.

En rigor, la banda no presentó el disco en el mismo orden que detalla su data.’Salvador’, ‘Respiro la luz del sol’ y ‘Sobras de ayer’ destacaron en su inicio. ‘Pan de la tarde’ y ‘Las cosas simples’ fueron cantadas de memoria por la fanaticada Weichafera que, además recibió muy bien el ingreso de Diego Ormazàbal, su nuevo baterista que reemplazó a Roberto Ugarte. ‘Dios es solo para algunos’ y ‘Ripio y soledad’ fueron las dos últimas que tocaron del disco, a excepción de ‘Pichanga’. Hecho quizá entendible ya que el disco rojo no es un álbum que se destaque por su contagiante energía y fuerza, además muchos esperaban con ansias el show de John Garcia.

Sin embargo, supieron soslayar la ausencia de otras canciones con el regalo navideño que se encargaron de liberar 24 hrs antes -por sus plataformas digitales- con su versión para ‘Rin del angelito’ de Violeta Parra, la que además estrenaron esa noche, momento en el que Pierattini no dudó en despertar al público para homenajear a la histórica compositora chilena. Para el cierre, ‘Pichanga, un clásico aprobado en el que su vocalista instó a hacer el mejor mosh de la noche el que tuvo como soporte por las pantallas de apoyo la visualización de distintos personajes de la política nacional, recalcando aún más la politización de una banda que, en algún momento de su historia nos encantó con otras propuestas. Incluso así, Weichafe logró el propósito de todo buen show de rock, el de celebrar y dejar los problemas de casa en buena parte.

Por Equipo Nación Rock
Fotos: Jerrol Salas

La guinda de la torta fue el acto principal del ex-Kyuss John Garcia, nota que puedes revisar acá