Antes de desaparecer completamente: la historia tras el arte de «OK Computer» de Radiohead
El «Ok Computer» está lleno de belleza desde donde se le mire. Su arte la verdad que se condice mucho con la música que viene dentro de su paquete, un cúmulo de ideas innovadoras, melodías sublimes, intensidad interpretativa y percusiones de suma delicadeza. Todo es frágil y denso al mismo tiempo. El concepto que trae está más o menos bien construido arquitectónicamente como una idea central del hastío de la sociedad de consumo y las gráficas que acompañaron tanto la portada como el arte interior más que una historia interesante y de llamado a conciencia quieren comunicar.
Tenemos una especie de mundo en vías de erosión, partes borrándose. Autopistas, aviones, familias con niños, logotipos corporativos y paisajes urbanos. Todo difuso. La fotografía de una autopista en la portada se cuenta que fue tomada en Hartford, Connecticut (la imagen exacta es la que vemos abajo), donde Radiohead actuó en 1996. Y cuenta con algunos mensajes que queremos entender: las palabras «Niño perdido» ocupan un lugar destacado en la portada (claro, perdido en un escenario etéreo que borra cosas a su antojo cual Thanos), y el material gráfico del folleto contiene frases en el idioma construido del Esperanto, creada como una forma de comunicación internacional e instrucciones relacionadas con la salud en inglés y griego. Por otro lado tenemos esos garabatos blancos, borrones, explicado como el método de Donwood para corregir errores al usar la función de computadora «deshacer», y están presentes en todas partes en los collages. Las notas de línea contienen la letra completa, representada con sintaxis atípica, ortografía alternativa y pequeñas anotaciones. Las letras también están ordenadas y espaciadas en formas que se asemejan a imágenes ocultas. De acuerdo con esta evidente postura anti-corporativa emergente de la banda en ese momento, la crítica apunta a una sociedad consumida por la creciente era de Internet y el avance de la tecnología y la sumisión ante ella (y eso que solo era el comienzo, vaya profetas) y los resultados de un capitalismo brutal y desmedido, los créditos de producción contienen el aviso irónico de derechos de autor «Letras reproducidas con permiso amable a pesar de que las escribimos».
Si te interesa el trabajo del artista hay un libro suyo, There Will Be No Quiet, que presenta cuadernos personales, fotografías, bocetos y rutas abandonadas a las portadas de discos y piezas promocionales más memorables de Radiohead. Organizados cronológicamente, los capítulos están dedicados a un trabajo principal, presentado como un estudio de caso paso a paso, desde ideas especulativas y bocetos hasta experimentos de Photoshop y la pieza terminada.»Estaba trabajando como artista no remunerado en la residencia en un cibercafé en la parte trasera de un pub» contó ahí Stanley Donwood, principal creador y autor del libro junto a Thom Yorke de todo este surrealista collage, «pero no tenía una computadora propia, así que principalmente cuando estaban haciendo OK Computer estaba haciendo el sitio web porque no creo que Parlophone (el sello discográfico de Radiohead en ese momento) pensó que había mucho futuro en este asunto de Internet. La obra de arte para OK Computer se realizó en varios lugares, pero también en la casa de Thom en Oxford. Solía vivir en esta pequeña casa suburbana adosada con vista a algunos árboles que era muy agradable. Pero estaba en un lugar un poco oscuro haciendo esa obra de arte, seguía viendo los árboles e imaginando una escena post-nuclear y cómo se vería después de una explosión nuclear: palos y cenizas blancas en todas partes. La vista era un poco exuberante».
El artista en esa oportunidad contó sabrosos detalles sobre la «poca fe» que le tuvieron a este disco que ha calificado como una placa esencial de los ingleses: «Cuando salió OK Computer, la compañía discográfica lo escuchó y dijeron: «Mierda, cualquier jodida posibilidad de ganar dinero con esta banda es … de ninguna manera». Realmente no les gustó. Y luego las críticas llegaron cuando la banda estaba tocando en un pequeño club nocturno en Barcelona, porque en realidad no eran una gran banda, y las reseñas fueron jodidamente extraordinarias, a la gente realmente le encantó. Como resultado, hice un pequeño show llamado No Data para promocionar el disco, y creo que pegué estas impresiones de la creación de la obra de arte OK Computer con cinta de doble cara y todas estaban a la venta».
Todo fue éxito para Radiohead, triunfó la libertad que le dieron al facturar, por primera vez en su historia, su propia obra maestra sin amarres creativos de ningún tipo y con una de las obras de arte más singulares de la historia de la música. Hace tres años, en junio de 2017, tuvimos una hermosa reedición llamada OKNOTOK.
Por Patricio Avendaño R.