Anthrax en Santiago Gets Louder 2019: Dosis letal de vieja escuela
Ya habían pasado largos minutos desde que Kreator abandonó el escenario. La vara quedó altísima con la presentación de los alemanes y el show de Anthrax prometía ser brutal. Los altoparlantes quedaron por un momento en silencio y comenzó una de las narraciones más encomiables de la historia de la música por parte de Barry Clayton para dar paso a “The Number Of The Beast” de Iron Maiden. Un inicio clásico para que la gente se apretara en las primeras filas al ritmo de un cover de «Cowboys From Hell» de Pantera, momento propicio para que se abrieran espacios en el centro de la cancha y comenzaran las personas a girar con “Caught In A Mosh” de la placa Among The Living de 1987.
La energía sobraba en las miles de personas que llenaron la cancha y que quería ver en primera fila la degustación más power de los neoyorquinos que arremetieron con un repertorio de gran fiereza: “Got The Time” y “Madhouse” eran totalmente coreadas y “mosheadas” sin parar (con algunos desmayos). “I Am The Law” , “NFL” y “Now Is Dark” fueron explosiones de adrenalina para una tarde extrema. Los estadounidenses saben manejar a su antojo la efectividad de sus composiciones y las llevan a la ferocidad de antaño sin que se les note las décadas de carrera en el cuerpo. «¿Les gusta el thrash metal?», dijo Scott Ian a los fanáticos. La respuesta era evidente pero fue con un estruendoso «¡SÍ!» Que fue refutado con “A.I.R.”.
Joey Belladonna no quería irse sin pasar a saludar a todo el público que los acompañó y en “Antisocial” recorrió las barricadas que separaban a la gente de la banda. Se arrancó de los guardias y le apretó la mano a más de alguno que dejó el mosh de lado para mirar de cerca al vocalista quien se paseó por casi todo el single del State Of Euphoria de 1988.
“Indians” cerró con esa espectacularidad que siempre ha demostrado una banda que se ansía siempre ver en estadios y no en lugares cerrados. Pasan los años y la carrera de Anthrax – como uno de los cuatro grandes del thrash metal– sigue siendo portentosa y no declina. Retumban y suenan como una banda de amigos que no escatima en recursos sonoros para dejar en claro que la dosis de letalidad será siempre extrema junto a una gran cuota de vieja escuela. Un cierre por el festival Santiago Gets Louder triunfal y que volverán a repetir junto a sus aliados de Slayer en Viña del Mar para compartir-una última vez- en los escenarios chilenos con sus amigos de antaño.