Dir. Charlie White, 2005. Un accidente de tránsito nos introduce en un video de aura…
“Antics”: La consagración de Interpol
Matador Records, 2004
Siempre se comenta que, luego de un debut redondo, lanzar un segundo álbum es una tarea difícil. Y es que “Turn On The Bright Lights”, primer disco de Interpol, fue un trabajo tan bien elaborado que ha influenciado a grandes como The Killers o Arcade Fire, además de seguir siendo un referente para otras bandas más nuevas como The Twilight Sad o Motorama. El cuarteto oriundo de Manhattan, Nueva York, logró capturar la esencia de Joy Division, The Smiths, The Chameleons y Killing Joke, sumando un toque propio donde resaltan líneas de bajo memorables, pequeños guiños al post-rock / post-punk y estructuras en sus canciones que, a pesar de encajar muy bien en la radio, no dejaban de lado la experimentación.
Tras el éxito que les significó su primer álbum de estudio, había expectación y dudas por cómo seguiría la línea de la banda; dudas que se disiparon en 2004 con el lanzamiento de “Antics”.
Desde el inicio del disco se percibe un elemento que será clave para el futuro de la banda: el sintetizador. Un pausado órgano Hammond da la bienvenida en “Next Exit”, track inicial que suma la voz resonante de Banks, el característico bajo de Carlos D, las guitarras coreables de Kessler y las percusiones precisas de Sam Fogarino en una composición que desde ya advierte un poco más de luz en la banda, como contraste de la densidad permanente de su debut.
Videografía Rock: “Evil” – Interpol
“Evil”, segunda canción del disco, nos muestra de frente lo relevante que fue Carlos D en Interpol. Creo que pocas veces ha afectado tanto la partida de un bajista en una banda, y si bien aquí cada integrante suma considerables granos de arena al macro de su sonido, no se puede negar que Dengler es un músico con una creatividad formidable. El track (que está mucho más orientado al pop) sirvió como single, acompañado de un divertido videoclip que convirtió a la canción en una infaltable de cada concierto.
Los primeros guiños a la nostalgia se sienten en “Narc”. Me atrevería a decir que esta es una de las composiciones que condensa gran parte de los elementos que hacen que Interpol tenga el renombre que se le conoce actualmente. La emotiva letra de Banks es adornada con unos arreglos de sintetizadores muy bonitos, que no desaparecen ni restan peso a un coro desgarrador.
“Take You on a Cruise” comienza abriéndose de a poco con la guitarra de Banks pasando por un Ebow. Este dispositivo permite hacer vibrar las cuerdas de la guitarra sin necesidad de tocarlas con las manos, para que resuenen por el tiempo que uno estime conveniente, y en la canción podemos percibirlo en casi su totalidad. Una lírica provocativa y cambios que pasan de la mesura a una alta intensidad hacen que, a mi juicio, este sea uno de los puntos altos del disco.
Las guitarras más distorsionadas toman protagonismo en “Slow Hands”, con un tempo acelerado y un enfoque mucho más directo que lo que habíamos escuchado previamente en el álbum. Destaca el cómo se complementan las cuerdas en esta canción, que podría fácilmente recordarnos lo hecho en “PDA” (perteneciente a su disco anterior).
Otro punto alto de “Antics” llega con “Not Even Jail”. Las modulaciones en el delay de Banks cubren todo el espacio y se suman al bajo marcado de Dengler que sigue el beat constante de Fogarino. Es un track en donde se podría decir que las percusiones llevan la línea de la canción, pero los arreglos y las secciones melódicas complementan todo muy bien.
“Public Pervert” y “C’mere” marcan un poco el sonido que experimentaría la banda en sus discos posteriores, con estructuras mucho más radiales y arreglos enganchantes. “C’mere” también sirvió como single y se convirtió en una de las canciones más populares de la banda. También, se evidencia el alejamiento de Banks en el uso de su voz más grave, que más de una vez le significó comparaciones a Ian Curtis o Peter Murphy.
La recta final del disco consta de “Length of Love” y “A Time To Be So Small”. La primera se caracteriza por un ritmo caótico mantenido a lo largo de toda la canción cargado hacia las guitarras, mientras que la que da el cierre final muestra una estructura más compleja, pausada y reúne gran parte de la instrumentalización que se percibe en el disco, resaltando la voz de Banks al final y generando breves espacios de calma.
Si bien las canciones mencionadas integran el tracklist oficial del disco, hay una pieza que la banda tocó en vivo durante el periodo previo a la grabación y que es una especie de puente entre “Turn On The Bright Lights” y “Antics”: “Song Seven” (cuya versión de estudio se encuentra disponible en la edición especial de “Antics”). Creo que es una de las composiciones más logradas por la banda, y es una lástima que hayan dejado de presentarla luego de grabarla. Una letra melancólica y momentos precisos donde las guitarras y el bajo van coloreando todo, con la identidad que estaba forjando la banda al frente, hacen de esta una canción completa. La voz de Banks estaba en su mejor momento, además. Una recomendación que no puede faltar para los fans nuevos de Interpol, o para aquellos que desconocen sus b-sides.
Se puede decir que la banda estuvo más que a la altura con este segundo álbum, ya que evidenció el potencial que tenían y que había mucho más por entregar. “Antics” es una placa importantísima en su discografía que terminó por consagrarlos, y no por nada podemos ver que más de una canción del disco suena siempre en sus conciertos.