Arcade Fire en Lollapalooza Chile 2024: Sucumbiendo a las emociones
La banda canadiense demostró una vez más, que saben hacer uno de los shows más épicos y cargados emocionalmente del planeta
Fotos: @fmedinaeffio @nicooco__
El nuevo álbum «WE» y los 20 años de carrera de Arcade Fire (justamente estamos en el año en que su gran debut «Funeral» llega a las dos décadas) plantearon nuevos desafíos para la banda canadiense, no exenta de polémicas, cuestionamientos y algunas fisuras importantes en la relación de pareja del núcleo Win Butler/Réginne Chassagne. Sin embargo, la banda parece reconstruirse una y otra vez desde el dolor y mostrar uno de los mejores shows en la actualidad, con momentos cautivantes de fuerza emotiva, de colorido y de sendos protagonismos de algunos de sus integrantes.
Si bien hace 10 años la banda pasó por esta misma instancia Lolla, en un gran momento tras la gira de Reflektor, este show fue distinto y varios integrantes menos y más pudimos ver desde aquella oportunidad, pero tal como ese día la magia no se desvanece, y a la altura de expertos en la materia de brindar shows épicos en este tipo de festivales (aún hay inolvidables momentos de Coachella, Reading y Lolla Chicago y el mencionado en Chile), la sigue ofreciendo toda una experiencia, donde mezclan su nutrido cancionero de antaño (Impecable apertura con dos infalibles temas de The Suburbs) pero sin desmerecer un presente con canciones de tan buena cepa como la reciente Unconditional I (Lookout Kid), enorme dedicatoria de Butler a su hijo, cantada con mucha fibra y dejando una de las tantas bellas postales de la noche; o The Lighting I y II, o Age of Anxiety (Rabbit Hole), con la banda inspiradísima y dándolo todo sobre el escenario Banco de Chile, pero más que eso, creando una atmósfera de euforia y emotividad, quizá la marca más importante de la banda, desde que vieron nacer el melancólico «Funeral» a inicios de los 2000’s, quizá uno de los discos más importantes del indie rock de la historia.
La carga era ambivalente: síntoma de fiesta y mucho corazón en todo. «No Cars Go» es una canción tan perfecta para que funcione en vivo, en tanto durante ‘Reflektor’, Chassagne bailó, cantó, se lució. Con un espíritu que sigue siendo el mismo de siempre: una artista muy completa, que podemos verla bajando a saludar a la audiencia, tocando batería, acordeón, cantar, moverse y estar muy compenetrada en todo, hasta que llegamos a ‘Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)’ que fue un recordatorio de por qué Arcade Fire siempre ha caminado por distintas veredas musicales (dance pop, new wave, post punk, indie rock) y lograr hacerlo todo bien.
Mientras tratábamos de entender en qué dimensión nos había metido Arcade Fire, es invitada al escenario Javiera Parra, la cantante chilena dejó un momento histórico al interpretar «Gracias a la Vida» de su abuela Violeta junto a la banda, con quienes se quedó para acompañar en el fenomenal cierre con «Wake Up» cantada en español. Era magia verdadera y no se podía creer que se hubiera terminado.
Si bien no hay duda de que Arcade Fire ha envejecido y ha surgido cierta desilusión entre sus fans, lo de anoche fue una demostración muy lúcida de que siguen siendo una de las mejores bandas en vivo del mundo. Sus canciones siguen siendo conmovedoras como lo eran hace casi dos décadas, sus actuaciones siguen siendo magnéticas, sus talentos se siguen desarrollando y lograron claramente quedarse con el protagonismo- al menos en calidad y emociones- de un sábado Lolla que fue ampliamente nutrido de buenas actuaciones.