Arcade Fire: The Reflektor Tapes: Sobredosis experimental
Era uno de los documentales más esperados de In-Edit y no hubo duda que quedó un halo de decepción en esa sala del Teatro Nescafé anoche, en una última función programada de forma extraordinaria a las 23:oo horas, justamente por la demanda que había tenido el estreno de este documental de los canadienses en Chile.
El nombre lo decía todo: se trataría de su álbum «Reflektor» que fue un álbum gigantesco y doble, que logró desmarcarse de la barrera casi insuperable que había dejado «The Suburbs» (2010) con una cantidad de buenas canciones notables (de hecho, quizá eso fue lo que más ‘salvó’ a este documental) el sonido de varias de sus canciones con la calidad que ofrece una sala de cine.
Pero no se trataba de saber la historia ni la manufactura del álbum, lo cual se esperaba de alguna forma, el documental fue algo totalmente experimental. La idea de la banda y de su director Kahlil Joseph es básicamente mostrar imágenes de la gira y el entorno del grupo en la realización de este disco, pero de una forma bastante abstracta, intercalándola con la música no tan sólo del Reflektor, también de algunos clásicos, pero solo trozos, en algunos casos pistas por separado, cortadas, mezclado con muy pocos comentarios sobre el álbum, por ahí rescatamos la parte donde Régine Chassagne (quien es la que más luce, por cierto) trata de dirigir o marcarle el sonido a los percusionistas haitianos y como Win Butler hablaba de lo distinto que quiso plantearse la banda para este álbum. Faltó más de eso, lo hubiese hecho mucho más entretenido.
Son pedazos de las vivencias de cada uno, donde el concepto artístico de Reflektor resalta el look carnavalesco que adquirió la banda con este lanzamiento, la nostalgia de Régine por Haití, los inicios de su álbum en Jamaica, la grabación en Montreal y cuando tocan de manera improvisada en el hotel haitiano la primera noche de Carnaval junto con mostrar nuevas canciones, pero se mueve de forma muy lenta, y eso termina por aburrir. Al final, el documental no dispara para ningún lado, y eso, en una sala de cine, en medio de un festival y un sábado por la noche, no resultó ser muy buen ejercicio que digamos.
La despedida sin aplauso lo sentenciaba todo, un documental que nos mostraba trozos de la vida de una de nuestras bandas favoritas y de los mejores momentos de un álbum espectacular y de su carrera, pero que simplemente no logró encantar. Arcade Fire, como siempre mostrando su veta artística que está totalmente ligada a su concepto como banda y que los ha hecho lo grandes que son, pero esta vez, simplemente, se anduvieron pasando de la raya. A veces, jugársela por algo distinto, atípico, no siempre es sinónimo de algo certero.
Por Patricio Avendaño R.