Avenged Sevenfold, el homónimo: la épica antes de la tragedia
Warner Bros., 2007
2007 fue un año enorme para Avenged Sevenfold. Todo el descubrimiento mundial que les significó el poderosísimo y adrenalínico «City of Evil» ya los destapaba como una de las grandes bandas nacientes e importantes del metal, dejando en parte atrás su sonido emo y pseudoscreamo inicial, aunque un gran pedazo de esas letras introspectivas y existencialistas de sus inicios se quedarían incrustadas como lapa con la banda para siempre, incluso hasta nuestros días.
El homónimo es un disco que tiene bastante de ello y mucho más. Ha crecido bastante bien con los años. Por sobre todas las cosas es un disco melódico y muy bien construido, armado con grandes ideas y con una enorme cantidad de amigos y colaboradores detrás para hacerlo más grandioso aún, donde el progresivo, el metal de riffs groove azotantes y como nunca, las aventuras sinfónicas hicieron de él uno de los selectos de su discografía. El Disco de la portada de fondo blanco con el característico Death Bat como protagonista ha crecido bien y marcaba simbólicamente algo así como — al fin— su identidad lograda ante todo, el homónimo nuevamente superaba una barrera autoimpuesta y logró un éxito mayor aún que el fiero predecesor, sin embargo, fue la alegría antes del desastre. Dos años después, el que pudiera ser el mejor baterista de metal del nuevo milenio Jimmy «The Rev» Sullivan, fallecía en penosas circunstancias (Una mezcla letal de intoxicación por efectos combinados de Oxicodona, Oxymorphone, Diazepam/Nordiazepam y Etanol lo liquidaba dejando todo en incertidumbre, pena y angustia).
Pero este fue su último gran legado en grande (incluso dejó temas compuestos para lo que fue su disco «póstumo», otro grande como el «Nightmare»). Pero acá A7X independiente de lo que pasó con The Rev (que siempre estará en su ADN y en su memoria como la batería prodigiosa histórica de la banda), nuevamente gozaba de salud gracias a esa excelencia musical técnica, su gran arma de batalla para ser tomados en serio: hay una sensación tan de clásico con la hermosa entrada «Critical Aclaim» (intro de órgano eclesiástico + esa entrada magistral de guitarras y doble bombos) «Shhh silencio podemos molestar a alguien/Al igual que yo, hijo de puta, has estado en eso por mucho tiempo./Mientras te alimentas de las inseguridades de otros./Te pones frente a mí y muerdes la mano que alimenta».
«Afterlife» huele a tema eterno tanto como su nombre lo dice con esos coros que impulsan a tu pulmón a cantarla donde ya no te queda aire. El romanticismo gótico y surrealista al mejor estilo Tim Burton en la increíble «A Little Piece of Heaven», quizá una de las composiciones más complejas y bien armadas de la banda (Notable video animado bien gore que retrata todo esto al pie de la letra) y esa masa muscular en riffs de Zacky Vengeance que propone el sonido tan «Metallica» en la taquillera «Almost Easy», más la alucinante cabalgata de solos de Synister Gates nos deja claro en la retrospectiva que ese dúo es tan de temer como un Hetfield/Hammett o Mustaine/Friedman y esa complicidad sigue TAN vigente hasta hoy, que es ejemplar. El disco, no es merecedor siquiera de las críticas, las cuales recibió en esta época por sonar como My Chemical Romance. No son válidas. Por cierto «The Black Parade» era el disco donde pensaban los críticos disminuir esta obra, lo que al menos me parece irrisorio, pues ese de Gerard Way y los suyos también ya se ha graduado de clásico a su manera, aunque no iba mucho con el avance a mil caballos de fuerza metalera de Avenged.
Acá había sentimentalismo puro, sí, pero sonaban tan heavy como para sorprender a cualquier shredder metalero. Por ejemplo, «Lost» fue troleada en su momento por ese efecto electrónico en la voz de M. Shadows, pero acá hasta Daft Punk—expertos en ello— hubiesen elogiado poner eso en un disco de metal tan épico, sin contar como gran plus esa powerballad tan estremecedora como «Dear God» al final . Y por Dios, qué maravilla la batería de The Rev en todo, quien dejó una huella tan, pero TAN grande en A7X y en el metal, que es seguramente esa fuerza que los dotó de valor para seguir cimentando una carrera tan notable hasta hoy. Imbatible disco y banda.
Por Patricio Avendaño R.