Babymetal en Knotfest Chile: Danza bajo el sol naciente
Fotos: Jerrol Salas
Cuando a estas alturas en Chile hemos visto shows de metal para todos los gustos, con muchas bandas de la «vieja escuela» repitiéndose el plato una y otra vez, la aparición de nuevas generaciones con otras mentalidades, sin prejuicios y miradas acerca de lo que es el género mismo, no hace más que ser un efecto refrescante. Más aún en este caso con un proyecto oriental que de a poco ha ido conquistando occidente y otras latitudes y que llega por fin a los escenarios locales. Compuesta por tres niñas, una tremenda banda soporte, tan aplicada como dinámica y metalera, un concepto que rinde honores a su cultura, potenciado de un despliegue visual y eléctrico-adrenalínico, una entrega y espíritu siempre cordial y lleno de vibras positivas, la verdad, que es un respiro y una bendición para el género.
Un proyecto donde sus coreografías sincronizadas son protagonistas, donde su lenguaje corporal es inclusivo, donde cada paso, cada nota está bien pensada y calculada, pero que además ha logrado unir generaciones, pues en el show de BM vimos muchas niñas y niños vibrando junto a sus mamás y papás, coreando y bailando cada uno de estos himnos que han generado las chicas desde su aparición: la brutal embestida de «PA PA YA!», o un verdadero abrazo a su generación, a los niños que han sido víctimas de bullying y de gordofobia como «GIMME CHOCOLATE», el inmenso hit colaborativo con Electric Callboy «RATATATA» que logra a la perfección sincronizar metal, electrónica y mover a las masas con un aplastante y ganchero coro.
La tarde de Knotfest apremiaba, el sol era inclemente, y tal vez el ya se hacía presente el cansancio de haber llegado a instalarse tras un largo trecho, pero verlas y recibir este verdadero «ki» de las japonesas nos hacía olvidarnos de todo. El emotivo momento de «KARATE» contrastaba a la perfección con «Metali», llena de guiños orientales, reverencias al Kabuki, al Fox God y con el ingrediente no menor de Tom Morello en su participación que no fue obviado en las pantallas gigantes del escenario en el Parque.
Babymetal ofrece un show corto, pero intenso, completo e inmersivo. Acá ni siquiera caben las críticas sobre si es un «producto fabricado» o si «eso no es metal», como habitan desde las mentes más obtusas. Incluso, si alguna vez tienes la oportunidad de ver a Babymetal pero no eres un gran fanático del metal, igualmente es recomendable la experiencia y sí lo eres, más aún. Estas chicas ciertamente saben cómo montar un espectáculo y ni siquiera están afectas o interesadas en la reprobación de un público que necesita evolucionar, y sí, a ratos comprender que la vida es corta y que la música está hecha solo para disfrutarla.