Biffy Clyro en Chile: La banda precisa, en el momento preciso y en el lugar preciso
Antes que todo primero sería un ejercicio muy necesario aclarar un punto importante: el público chileno ha sido algo injusto con la propuesta de esta banda escocesa, que así sin percatarnos mucho ya posee seis discos en el cuerpo, uno de ellos doble (que es la ambición de toda banda que se proyecta seriamente, la barrera del disco doble la pasaron y con creces con su semi conceptual entrega “Opposites”, que es justamente el disco que los trajo a nuestro país). Una banda que por entrega, carisma y profesionalismo ya está a niveles de grupos de audiencias macro como Foo Fighters, por ejemplo, sobretodo considerando las similitudes en estilo, pero que acá no logra una convocatoria tan grande como la de los de Grohl y cía., pese a que por trayectoria y continuidad entre disco y disco no se han quedado, sino que todo lo contrario.
Pero bueno, eso hizo que pudiéramos presenciar su show mucho mejor de lo presupuestado. El Teatro La Cúpula de verdad que estuvo muy apropiado para el show de los europeos, quienes muy puntuales a las 21.00 hrs. arrancaban su performance con una seguidilla de alaridos tribales saliendo desde los parlantes (como cuáles bárbaros, los Clyro suelen hacer guiños a su cultura y folclore muy a menudo), y la entrada de sus dos líderes como el barbón Simon Neil y el muy pelirrojo como tìpico escocés James Johnston no se hicieron esperar.
‘Different People’ era la encargada de abrir, pese a que la banda venía cargada de la gira con los nuevos temas, también se enfocó en que era su primera visita por estos lados, con fans que los esperaban hace mucho rato, la verdad es que era una banda que no se presumía llegara por acá y al menos la fanaticada reducida que congregó anoche se notó que fue religiosamente fiel, mosheando siempre, cantando todas sus canciones a la pata y celebrando todas sus gracias.
Ya es costumbre que la banda haga su shows sin polera mostrando sus diversos tatuajes y así también fue en esta oportunidad para delirio de las chicas, la explosión de las guitarras continuaba con temas como ‘That Golden Rule’, ‘The Captain’, ‘Sounds Like Balloons’ y Neil se movía como loco por todos lados, se paraba encima de los amplificadores, en un ejercicio que recurría a menudo para deleite de todos.
La banda sigue establecida como power trío, y de repente nos sorprendía su sonido tan apabullante, ni siquiera saturado, la “trampita” si se le quiere llamar era el apoyo en guitarra y sonido de su equipo de técnicos que estaban al costado del escenario, cosa que se agradeció bastante, porque la verdad es que ya al quinto tema estaba claro que estábamos ante uno de los shows más prendidos que pudimos presenciar este año en la capital. La arenga/canción como ‘Who’s Got a Match? fue bastante coreada, un tema de coro repetitivo, simple, pero muy efectivo para un espectáculo en vivo.
Llega el momento “mamón” y emotivo de la jornada, con un Simon Neil al borde del misticismo solo con la luz con toda la atención sobre él y la guitarra acústica interpretando temas como ‘God & Satan’ o ‘Folding Stars’.
Una salida corta de Neil y el break electrónico daba paso a ‘Glitter and Trauma’ y luego a la poderosa ‘Living Is a Problem Because Everything Dies’ que desató el mosh de los más fieles, incluso se abalanzó desde atrás mucha gente que había permanecido más o menos tranquila antes, donde nos quedaba claro que el “Puzzle” (2007) es uno de sus discos más aclamados, el disco que de hecho les dio el paso al mainstream y que contó con un contundente puñado de canciones que ya se están transformado en clásicos del repertorio de los de East Ayrshire.
El concierto se hacía corto y parecía que las canciones iban avanzando incluso en calidad conforme a su tocata: ‘Many of Horror’, ‘Woo Woo’ y la muy esperada ‘Black Chandelier’ estremecía corazones, acto seguido tras la anunciada ‘Bubbles’ la banda hace su primera retirada.
El regreso nuevamente llegó en acústico con ‘Machines’ para darle paso a la embestida brutal en batería y guitarras con que arranca ‘Stinging Belle’, una de las grandes del nuevo disco (a modo de queja de lleno hubiese sido genial que hubiesen incorporado las gaitas como se les ha visto en este tema en shows en Europa) pero de todas maneras la disfrutamos de punta a cabo. La despedida llegaba con ‘Mountains’ y con unos muy empáticos músicos, regalando baquetas y accesorios como es la clásica costumbre, unos tipos que cayeron bien en todo momento, bromeando y mostrándose de una forma muy sencilla ante el público.
Solo caras alegres se vieron alas 22:35 aprox., que fue cuando terminaron un show prácticamente sin puntos bajos. Fue la banda precisa, en el momento preciso de su carrera y en la localidad precisa. Un show sorprendente, una dosis de adrenalina impecable para un día martes que se pensaba sería un día como cualquier otro.
Por Patricio Avendaño R.
Fotos: Alejandra Briones
Setlist:
- Different People
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That Golden Rule
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The Captain
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Sounds Like Balloons
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The Thaw
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Who’s Got a Match?
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57
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Victory Over the Sun
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Biblical
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The Joke’s on Us
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God & Satan
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Folding Stars
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Glitter and Trauma
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Living Is a Problem Because Everything Dies
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Many of Horror
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Woo Woo
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Black Chandelier
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Bubbles
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Machines
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Stingin’ Belle
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Mountains