Bikini Kill en Chile: Nacidas para trascender

Celebramos el debut de las leyendas del riot grrrl anoche en Chile 🔥

Fotos: Ni Vivo Ni Muerto/ Gary Go 

Por primera vez la banda liderada por Kathleen Hanna aterrizó en Chile para agitar los cuerpos y las conciencias. Reconocidas como una agrupación emblemática y cuasi fundadoras del movimiento Riot Grrrl; el cuarteto desplegó un setlist amplio y lleno de energía.

La noche fue amenizada por el teloneo de Sin Lencería; cuarteto local que a través del punk canalizan un mensaje feminista directo, crítico y sin dobles lecturas. El público respaldó de principio a fin el aspecto musical y discursivo de la banda.

Fueron horas con una carga bastante especial. En vísperas de un nuevo 8M, donde se conmemora el día internacional de la mujer, teloneras y banda principal desplegaron toda su fuerza y talento sobre el escenario. Bajo el tablado, en los pasillos de la Blondie, se podía apreciar una consideración que versaba sobre la preferencia de tener a mujeres y personas de la comunidad LGBTQ+ al frente del escenario, así como un llamado de atención para que los hombres heterosexuales sean conscientes del espacio que ocupan.

Pasada las 21.00 el cuarteto oriundo de Washington pisó el escenario. Kathleen Hanna agradeció la presencia de su público y sin tantos rodeos dieron paso rápidamente a la interpretación de «New Radio». De ahí en adelante todo fue coser y cantar para la banda. Canciones rápidas, transiciones ágiles y un carisma gravitante por parte Hanna. Su voz, gritos y gestos faciales son el match perfecto para que sus compañeras de banda ejecuten sus instrumentos con certeza y mucha, mucha energía.

El show fue ágil; pocos segundos separaron un tema del otro, como buen recital de punk. «Jigsaw Youth», «This Is Not a Test», «Don’t Need You» y «Feels Blind» tenían al público entre saltos y bailes. Y en eso, justamente, Bikini Kill siempre supo cautivar, puesto que sus riffs y percusiones tienen un marcado equilibrio entre fiereza y jolgorio. Canciones pegadizas, punzantes y pesadas.

Una dinámica constante en el show fue la rotación de las integrantes para interpretar diversas canciones. Fue así, por ejemplo, que la baterista Tobi Vail intercambió lugar con su colega, la bajista Kathi Wilcox; quien a su vez le cedió las cuatro cuerdas a Kathleen Hanna. Lo mismo sucedió con la guitarrista, Erica Dawn Lyle, quién también intercambió su instrumento por la batería.

Los minutos finales del concierto fueron los más intensos. «Suck My Left One» tuvo uno de los coros más cantados de la noche. Canción que dio paso al tradicional encore. Pausa interrumpida por la potente «Double Dare Ya», y finalmente, la canción más reconocida de la banda; la genial «Rebel Girl», que si no fuese una canción punk se haría necesario repetir ese coro al menos dos veces más.

El punk de Bikini Kill es referencial, icónico y ejemplificador. Cualidades que precisamente esperamos del punk como género y movimiento. De aquí se desprende que el motivo de la banda siga vigente. Sus canciones, consignas, discurso y esencia están latentes en un mundo que aun malinterpreta la causa feminista. Y así como existen las malas interpretaciones también existe el rechazo y conservadurismo a niveles profundos y complejos.

Por eso y porque los cambios no son inmediatos, el testimonio, energía y música de Bikini Kill ya tiene su propio capítulo en la historia de la música como íconos del punk y el feminismo. Por ello, ésta presentación en la Blondie se anota como una noche histórica y memorable.