Cancionero Rock: «Bohemian Rhapsody» – Queen (1975)
«Bohemian Rhapsody» o la Rapsodia Bohemia de Queen es uno de esos temas únicos que nos ha dado el rock, tiene tantos detalles que la diferencian de las estructuras convencionales que pareciese que el tiempo no pasa por ella y que- ya cumpliendo más de 40 años- no presenta rastros de erosión.
No tan sólo por su composición musical que varía dentro de seis secciones incluyendo la parte operática jamás antes incluida de esta forma, sino también por todo el enigma que envuelve su letra y el título de la canción, por cierto.
Freddie Mercury, principal compositor y dueño de la letra de la canción, nunca quiso revelar su contenido, llevándose el significado hasta la tumba y declarando en más de una oportunidad cosas como «es un relato fantástico y cada uno debe interpretarla como la sienta». Aunque de alguna forma esta lírica que a rasgos generales supone ser una historia acerca de un hombre que mató a otro y que vendió su alma al demonio, y de lo que se puede deducir claramente en la letra, que cuenta que la noche antes de su ejecución invoca a Dios en árabe («Bismillah»), y que con la ayuda de sus ángeles puede recuperar su alma, que estaba en manos del diablo.
Pero en realidad la canción va mucho más allá de eso, también mezcla síntomas de imágenes algo oníricas de Freddie Mercury cuando niño, y las distintas culturas de donde provino conjuntamente con la ambigüedad que contiene lo cual representaría el deseo de liberación sexual del cantante ante el mundo; incluso Roger Taylor en más de una oportunidad, hizo su propia lectura de la canción de esa forma. Todo sumado por supuesto a frases absolutamente sin sentido e indescifrables. Ni siquiera los demás integrantes de la banda obtuvieron el gran secreto de Mercury acerca de esta canción, o bien puede ser que lo sepan y por respeto a una previa petición y a su memoria no lo hayan revelado.
Con respecto al título se ha reflejado como algo parecido al delirio de grandeza del rockstar, el tipo bohemio y su individualismo y ego, que lo hace pensar y definir algo como nunca antes hecho, salido de lo real, fantasioso y creativo como la rapsodia. Los románticos ideales del rock representados en su más extrema pasión como arte.
De la canción lo que nos queda totalmente claro eso sí es que es bellísima, la parte de balada de su comienzo es realmente estremecedora, los solos de guitarra de Bryan May únicos y en la parte de más peso de la canción es realmente apabullante. Pero sin duda que la parte operática es lo que la hace tan grande y que provocará que se inmortalice por mucho más tiempo.
Te dejamos con el gran video subtitulado, como para que puedas sacar tus propias conclusiones:
Y como bonus track, el documental. Debe ser una de las pocas canciones a las cuales se le dedicó un documental completo. La BBC lo hizo y acá se ve hasta un grupo de expertos de la universidad de Oxford tratando de descifrar su significado.