Bruce Springsteen: “Western Stars” (2019)
Columbia, 2019
Desde 2014, el boss ha estado muy ocupado. Confeccionó la excelente “The River” (2015), salió de gira con la E Street Band, escribió su autobiografía “Born to Run” (2016) y creó un espectáculo en Broadway que lo tuvo con cinco shows a la semana por más de un año. Y justamente uno de los pasajes que declamó en este espectáculo de tono muy íntimo, fue que toda su obra sobre la clase trabajadora había nacido sin que él hubiera pisado jamás una fábrica. “Lo inventé todo”, confesaba al referirse a la materia prima que le permitió construir una carrera rutilante. Y “Western Stars”, su 19° álbum, vuelve a dar cuenta de esa cualidad única del Jefe, la de salir a adaptar historias a esa garganta privilegiada que nos ha llevado, por décadas, al camión en plena carretera buscando el amanecer.
Producido por Ron Aniello, el disco abre con “Hich Hikin”, la cual crece con un riff orquestal de violín y viola que enfatiza el mensaje del disco: el viaje. Es toda una “road movie” que empalma perfecto con “The Wayfarer”. Guitarra acústica, cuerdas y piano son los elementos que se mezclan muy bien cuando, en la mitad, irrumpen geniales metales dignos de Herp Alpert. “Tucson Train” es más comercial y está lista para la E Street Band, mientras que “Western Stars” asoma como una joya colosal. Podría haber sido parte de “Darkness of the Edge of Town” o “ The River” perfectamente, al ser una balada desgarradora pero cargada de esperanza. “Sleepy Joe’s café” desvía la atención gracias al acordeón y su estribillo, pero también se mete entre las buenas propuestas junto al medio tiempo de “Sundown” y el aura mágica dylaniana de “Somewhere North of Nashville”, totalmente del registro de “Nebraska”, por esa resignación ante un destino inevitable. El final del álbum está bien pensado gracias a joyas como “There’s Go My Miracle”, el encanto de la guitarra de “Hello Sunshine” y la fantástica “Moonlight Hotel”.
El arte alude al viejo oeste, sello de Springsteen. Sin embargo, el hermoso y corpulento caballo que corre hacia la libertad, podría invitar a pensar que el contenido será una generosa descarga de country, cuando en verdad nos encontraremos con otra cosa. Ad portas de cumplir 70 años (en septiembre) en su 19ª producción, Bruce no habla tanto de él mismo, o si lo hace, utiliza personajes salidos de “Nebraska” o “The Ghost of Tom Joad”. Vagabundos, corazones rotos, soledad, supervivencia, la América desprovista de luz, en una estética musical inédita en su catálogo, a medio camino entre un pop de autor y una elegante orquestación. Dentro de los varios puntos altos de “Western Stars” está el que evita efectismos y crea canciones que elevan sus posibilidades como cantante, gracias a un repertorio cargado de sensibilidad. ¿Lo hemos escuchado antes en la historia de the boss? seguro que sí, pero ahora el brillo está puesto por su visión sexagenaria en vez de la de un veinteañero.