Tras los 90’s, en su mayoría ingratos para la Doncella de Hierro, la siguiente década…
Cancionero Rock: «2 Minutes to Midnight» – Iron Maiden (1984)
Si en los primeros años de los ochenta Iron Maiden había marcado a fuego la historia del heavy metal con el ingreso glorioso de Bruce Dickinson a la banda, con los contundentes «The Number of the Beast» y «Piece of Mind» respectivamente, fue con «Powerslave», su siguiente placa, que no hizo más que reconfirmar su saludable capacidad de crear himnos. El disco lanzado en 1984 les supuso un nuevo estatus en la categoría de grandes bandas del metal de todos los tiempos, y los festivales y conciertos masivos por fin llegaban a gran escala para esta banda que desde fines de los 70 venía urdiendo una mirada hacia las grandes ligas del rock como un sueño, que ya a estas alturas por fin se veía cumplido (aunque faltaban muchos capítulos absolutamente determinantes en su historia).
El tema que nos cita ahora en cuestión hace referencia al llamado reloj del apocalípsis, que es un reloj simbólico que un grupo de investigadores que trabajaban en el Proyecto Manhattan en la Universidad de Chicago crearon (en estricto rigor era una revista llamada The Bulletin of Atomic Scientists), y estuvo dispuesto para alertar acerca de las amenazas de peligro de la energía nuclear. Es de suponer que este nunca llega a marcar la medianoche, pero las manecillas se mueven cuando la amenaza está cerca. Hasta ese entonces, cuando más cerca lo estuvieron fue en 1953, plena etapa de Guerra Fría después de que pruebas nucleares realizadas por USA y la Unión Soviética de aquel entonces marcaran mucha incertidumbre (y por cierto, mucha paranoia condimentada con eslóganes publicitarios y microdocumentales proyectados en los cines de la época al respecto).
Sin embargo, este reloj simbólico se «ha actualizado» con los sucesos y las pandemias actuales, estando ahora, lo más cerca de su peak, igual y a menos de dos minutos en 2019 y 2020.
En 1984, por cierto, este simbólico reloj (Doomsday Clock) tuvo ciertos acercamientos al temido momento en que se marquen la Medianoche. Las relaciones diplomáticas entre las dos súperpotencias estaban en su punto más bajo desde hace décadas, interrumpiendo su diálogo e incluso ese año fue el que la URSS boicotea los Juegos Olímpicos de 1984 de Los Ángeles.
«The blind men shout let the creatures out
We’ll show the unbelievers,
The Napalm screams of human flames
Of a prime time Belsen feast… Yeah!
As the reasons for the carnage cut their meat
and lick the gravy,
We oil the jaws of the war machine
and feed it with our babies.»
Una de las pocas canciones que no se acredita a Steve Harris, pues fueron Adrian Smith y Bruce Dickinson quienes estructuraron en tan solo 20 minutos un tema lleno de riffs y grandes coros, en una época en que cada Iron Maiden tenía muchas cosas que aportar musicalmente, y acá logrando parir una de aquellas canciones que son muy identificables al sello de la bestia.
«Esa es básicamente una melodía de hard rock», explicó Smith en el texto dedicado a la banda Martin Minoff’s 2 Minutes to Midnight: An Iron Maiden Day-by-Day. «Estoy orientado a la guitarra. Ahí es donde va mi escritura. Estaba sentado en mi habitación de hotel en camiseta trabajando en este riff, y había un golpe en la puerta». Fue Dickinson, quien inmediatamente exigió que se le permitiera participar en la acción. «Así que le puse la música, y él tenía un montón de letras. Comenzó a cantar y teníamos ‘2 Minutes to Midnight’. Lo escribimos en unos 20 minutos».
En tanto Dickinson decía: «Es una canción sobre la experiencia de la guerra», en The History of Iron Maiden Part Two. «Y sobre el romance, el horror y las dos cosas juntas, y el hecho de que, desafortunadamente, nos repele y nos fascina».
El video nos muestra secuencias de lo expuesto, con imágenes de la Guerra Fría, imágenes del mentado reloj, el terror que acechaba en la TV por esos años y con la banda tocando el tema. Recordemos, además, que 1984 fue el título de la célebre novela distópica de George Orwell que retrataba un romance en tiempos donde un «ojo» (El gran hermano) vigilaba todo de forma omnipresente en un régimen fascista y autoritario. El guiño al ojo, o la cámara vigilante, se nos aparece en varias partes del video de este gran clásico.
Por Patricio Avendaño R.