Cancionero Rock: «Beetlebum» – Blur (1997)

Cancionero Rock: «Beetlebum» – Blur (1997)

En 1998 Damon Albarn sellaba ocho años de relación sentimental. Ocho años que la verdad para él se sintieron como 20 y que le dejaron bastante a mal traer. Justine Frischman, vocalista de la banda ‘boom brit’ desaparecida Elastica, la culpable y «villana» de la historia, en una relación que se movió mal en la balanza para el cantante inglés y que lo vio dejar de ser ese músico canchero y arrogante de los años de furor de Blur a un dolido, errático y romántico compositor, y donde afloró casi más que nunca su veta ultra íntima y sentimental, cosas que se vieron claramente reflejadas en la música de Blur, sobretodo en el disco homónimo de 1997 y el de la posterior ruptura, un disco completamente abierto en cuanto a exposición interna de Damon, como fue el «13» (1999), que sirvió como especie de terapia a todo este final.

En pleno proceso de quiebre surgió «Beetlebum», que a la postre ha sido considerada una de sus más geniales canciones, donde la ambigüedad juega por varios frentes, pero donde claramente el tema de la relación con esta chica, su caída junta a ella en las drogas- la heroína- recaló fuerte, y no tan sólo en él, sino que casi se llevó a la banda consigo, en un momento en que por primera vez se tuvo que enfrentar a la otra gran parte de esto: al guitarrista Graham Coxon, debido al tema de las drogas y cómo estaba afectando a la banda.

“BeetleBum” es un híbrido de guiño a la banda de Lennon y McCartney, y habla de un arrepentido drogadicto que coquetea con los juegos de palabras sobre el término «persiguiendo el escarabajo» (Chasing the beetle), que es una variación de «perseguir el dragón» (Chasing the dragon), término coloquial que describe la inhalación de los vapores de la heroína o el opio calentado sobre papel de aluminio. Declarados por él mismo, aunque la “heroína” de esta historia queda patentado que es Justine, cuando ya llegaba el epilogo de su relación, no culpándola a ella directamente, pero sí que fue responsable que en tiempos de fama y devoción haya caído rendido a sus pies. Albarn contaba en el documental “No Distance Left to Run” que tiene algo de sexy, sórdido y romántico. El doble sentido de estar enamorado de esta chica (la portada del single nos muestra su estilo completamente, ahí tirada en el piso) y al mismo tiempo de esta droga ultra adictiva.

Eran nuevos tiempos musicales además, que quedaron patentados con las influencias de bandas indie americanas como Pavement y Sonic Youth, que se vieron reflejados en este notable álbum:


 Por Patricio Avendaño R. 

Patricio Avendaño

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