Cancionero Rock: «Blackest Eyes» – Porcupine Tree (2002)
Una extraordinaria canción para abrir su discazo «In Absentia», hasta el día de hoy reconocido como una de sus grandes placas, de una discografía bastante extensa y evolutiva, y una de las buenas responsables que la banda del genio Steven Wilson esté dentro de las más destacadas por su innovación en el género rock en las últimas décadas.
Pero esta canción, dentro de su fuerza y grandes melodías esconde la siniestra historia de la mente de un asesino en serie, bajo una especie de poesía oscura donde el pasado, presente y futuro del criminal están contados en sus versos. Se dice que fue inspirada en Ted Bundy, el despiadado serial killer estadounidense, de buena familia y profesional, pero que se fue a la silla eléctrica en 1989 tras cometer más de 100 violaciones y asesinatos y confundir a la policía con pistas inconexas.
Es extraña porque en cierta forma es optimista, ya que se toma desde el punto de vista del asesino desquiciado, al que todo lo que hace le parece normal. Acá Wilson trata de encontrar cordura en el caos de la mente del asesino y darle sentido el fenómeno de estas personas, que ven belleza en sus actos. Si subimos el volumen, se escucha una segunda capa de voces con una voz más rasposa y profunda. Esta es una especie de la verdadera voz oscura del asesino en serie representada. Su estructura contiene frases macabramente geniales como «It’s so erotic when your makeup runs» («Es tan erótico cuando su maquillaje corre») que se refiere a la víctima llorando ante sus ojos. Sin embargo, para la mente retorcida del asesino en serie, es una vista hermosa y erótica.
«A mother sings a lullabye to her child/Sometime in the future the boy goes wild/And all his nerves are feeling some kind of energy«
Con estas primeras frases va contando el proceso evolutivo de la mente siniestra, creciendo con un síntoma enfermizo en la cabeza que luego canaliza con una especie de energía asesina y sexual.
Es una canción cantada y tocada maravillosamente para mostrarnos como ven los ojos del asesino, con una letra corta pero que dice mucho. Tan solo otra de las genialidades de Wilson, que siempre ha estado muy interesado en este tipo de temáticas.