Cancionero Rock: «Learning to Fly» – Pink Floyd (1987)
Es un clásico indiscutido del rock de todos los tiempos, y llegó en un momento bien particular para la banda, pues podríamos decir que fue el primer gran éxito de Pink Floyd sin Roger Waters en la alineación. La historia que dio pie al disco en que estuvo, el «A Momentary Lapse of Reason» (1987), fue la salida de Waters luego de serias disputas legales por los derechos y en un momento en que la banda y su núcleo se empezó a desvanecer por completo.
Tras «The Final Cut» la situación era insostenible, y Waters abandonó en 1985, siendo Gilmour el que instó a continuar con el nombre Pink Floyd, pese a que muchas de las composiciones que engalanaron este álbum iban a ser parte de un supuesto tercer disco en solitario del guitarrista. Sin embargo, Gilmour y Mason ganaron los litigios por el derecho al nombre y ahí reside en que este disco decidió seguir con la firma Pink Floyd.
Quizá ese es el antecedente claro de lo que trata el concepto del álbum y esta canción, de Gilmour llevar adelante la bandera de Pink Floyd por primera vez como líder, un sentimiento de libertad, de «volar con alas propias» y liderar por primera vez, conseguirlo solo, es la metáfora que quedaba de manifiesto, pero también habla de un concepto eterno de lo que representa la música de Pink Floyd, «volar», «dejarte llevar» con sus letras, divagando entre lo poético y onírico. Por esos años también el baterista Nick Mason tuvo bastante participación, pues siempre fue un hombre que a su manera le gustaba la velocidad de los automóviles de carrera y la aviación.
El trabajo de Gilmour en este disco fue bien acertado, supo mantener la estampa de Pink Floyd arriba, y este sencillo, con esta grandilocuencia de estadio totalmente, con esos teclados maravillosamente bien puestos (sin Rick Wright, por cierto, con Jon Carin que lo hizo bastante bien) se convirtió en una delicia y un alivio para los fans que creyeron que el final definitivo de la banda estaba por venir.
Su video, que contó nuevamente con el eterno colaborador de la banda Storm Thorgerson, representado la sensación de libertad y el efecto volátil, la mágica marca impresa en todo lo que ha hecho Pink Floyd hasta sus últimos días y que este tema representa desde su título hasta cada una de sus notas y letra.