Cancionero Rock: “Fade to Black” – Metallica (1984)
Aunque «Ride the Lightning» fue un disco de metal que rebosaba velocidad y gritos, sorprendentemente hubo espacio para un momento de calma. Cuando planificaban «Fade to Black», la banda preveía que la reacción de la fanaticada que los había endiosado tras el demoledor «Kill’em All» podría explotar en ataques, por lo que no demoraron en señalar que estaban escribiendo algo muy diferente. Y eso diferente, en pleno auge del thrash, era «Fade to Black», la que hoy es una de sus piezas icónicas. Este tema significó la primera composición más lenta grabada por Metallica y gracias a la cual recibieron la primera oleada de críticas, aunque tras ella hay mucho de thrash y mucho de comercial, también. La canción nació en el estudio «Sweet Silence Studios» en Copenhague (Dinamarca) en plena grabación del álbum «Ride the Lightning», el segundo de Metallica publicado en 1984.
«Fade to Black» se puede oír como una especie de power balad, pero tiene una excelente digitación acústica funeraria, que ocupa la mayor parte de la música y que le otorga todo el sello del thrash. En cuanto a la composición, esta nació en el James Hetfield adolescente, cuando hizo su primera conexión consigo mismo y con el tema de la muerte tras la dolorosa partida de su madre. Esto se volvió una obsesión y lo plasmó con fuerza en la primera época de la banda; otro detalle que origina «Fade to Black» es el haber sido víctimas de un robo, en Boston, en el que perdieron todo el material musical que tenían. Este dolor doble le otorgó a la letra toda la sensación de injusticia y pérdida de la esperanza…era y no era el mejor momento para componerla y en sus líneas y registros se plasmó la gran frustración ante la vida y sus circunstancias.
Esta maravillosa pieza comienza con una suave armonía de guitarra acústica, para luego permitir la entrada de Kirk Hammett, quien procura entregar más vitalidad para iluminar el cielo oscuro del tema; por su parte, el gran Cliff Burton va creando la profundidad necesaria, al tiempo que Lars va poco a poco acelerando y, junto con él, todos los corazones de los fans. “Fade to Black” fue una gran lección para el mundo metal pues mostró que Metallica tenía varias virtudes, entre ellas, que James Hetfield cantaba más que bien, que podía lograr más que ruidos. Y junto con eso, nos regaló el espectacular solo de Kirk Hammett considerado, por muchos, como el mejor de su carrera. Esta canción sobresalió dentro de un álbum heavy y de una banda que se había colgado el origen del thrash, permitiendo mostrar la calidad musical de cada uno de sus miembros.
«Things not what they used to be, missing one inside of me, deathly loss this can’t be real, cannot stand this hell I feel»
Con «Fade to Black» la banda tomó, consciente o no, la costumbre de incluir una canción lenta como track número cuatro. En «Master of Puppets» está «Welcome Home (Sanitarium)»; en «…And Justice for All» se ubica «One», la cual es una canción casi única pero que mezcla efectos casi similares a los de «Fade to Black»; en «The Black Album» hay otra inmortal, como «The Unforgiven»; en «Reload» escuchamos «The Unforgiven II»; en «Death Magnetic» el track n°4 es «The Day that Never Comes» y «Until It Sleeps», del «Load», tiene otra estructura pero se asemeja a las ya expuestas.
No solo los fanáticos se sintieron atraídos por esta inusual canción thrash. Es más, era la primera vez que los adictos al metal prestaban atención a un tema, de una banda speed, tan diferente en su composición pero con tanta transmisión de oscuridad en sus líneas. «Fade to Black» fue una gran oportunidad para ubicar a Metallica no como otra banda más dentro de esta oleada de grupos que salieron de esa zona de San Francisco, sino que permitió mostrarla al mundo como un grupo de músicos de gran potencial para pasearse por varios géneros y que podían lograr la trascendencia.