Cancionero Rock: “N.I.B.” – Black Sabbath (1970)
“Sólo se puede confiar en los seis primeros discos de Black Sabbath y en ti mismo”. La famosa frase que acuñara el líder hardcore Henry Rollins, es una de las pocas verdades irrefutables en la música. Y si eres fan de Black Sabbath también darás fe que “N.I.B” es parte de una trayectoria gloriosa, que brilla como un bastión fundamental en la primera trinchera del heavy metal desde 1970. Será el coro que llama desde la otra vida lo que causó tal impacto en su año de lanzamiento, dándole tal poder que ni el tiempo ha logrado subestimar su importancia.
El increíble solo de bajo de “N.I.B.” dio la primera estocada, porque era algo muy poco común en ese momento; implicó el uso del pedal wah wah grabado en una única toma y para las reediciones estadounidenses, esta parte se tomó como un tema por separado, llamado “Bassicaly”, y cuyo desempeño magnífico inspiró a gran cantidad de músicos. Con respecto a la lírica, la canción está en primera persona y desde el punto de vista de Lucifer, lo que significó bastante revuelo. En la historia, creada por de Geezer Butler, el demonio se enamora de una mujer y, en el proceso, se convierte en un ser de bien. El tema cuenta con uno de los versos más icónicos del metal (“Mi nombre es Lucifer, por favor toma mi mano”) junto con desplegar uno de los riffs más memorables creados por la banda.
“N.I.B.” empezó a tomar forma en Suiza, lugar donde la banda estuvo varias semanas antes de grabar. Para matar el tiempo hacían “sesiones” de una hora, y en una de ellas Butler practicó un solo de casi treinta minutos, del cual nació la intro “Bassicaly” y que es oro puro para un metalero. La letra de la canción tuvo la misma fuente de inspiración que las del resto del disco: los temas que les interesaban a los miembros del grupo por esos años y que referían a Gandalf, a Lovecraft, al atractivo de lo prohibido, a la provocación profana, a Lucifer. En el fondo “N.I.B.” habla sobre las múltiples tentaciones de la vida. Sin embargo, el que la canción haya sido titulada como una sigla también dio origen a varias discusiones. Por años, muchos creyeron que era la abreviación de “Nativity in Black” o de “Name in Blood”. Pero la realidad, según contó Butler en una entrevista en 1992, es que originalmente el tema se iba a llamar solo “Nib”, que significa “punta de una lápiz” . Esto hacía referencia a la barba que usaba Bill Ward al momento de grabar la canción, lo que trajo como consecuencia que, a partir de ese hecho, el baterista fuera presentado en las giras como “Nibby”.
El hecho de que el título lleve puntos entre las letras (lo que lo convierte en sigla), surgió porque no les gustaba la simpleza de llamar la canción como “Nib”, teniendo en cuenta el título de los otros temas del disco y la profundidad de la letra, por lo que sintieron que ese detalle de la puntuación le daba algo de estilo a lo que en realidad era una broma interna del grupo.
La afirmación de que la canción signficaba “Nativity in Black” tuvo tal relevancia, que logró que dos álbumes tributo a Black Sabbath llevaran ese nombre. En el primero de ellos (de 1994), Ugly Kid Joe fue la banda encargada de realizar la versión de “N.I.B.”, mientras que en el segundo (del año 2000) los responsables de reversionar el tema fueron Primus, en compañía de Ozzy.
El sufrimiento eterno y el encuentro con el demonio a cambio de obtener el amor de una mujer. Si a eso sumamos el reconocidísimo riff, resumimos que en “N.I.B.” se encuentra la trascendencia de Black Sabbath y de esta canción como un manual del heavy metal y sus sub géneros. Bajo frenético, guitarra afinada de manera innovadora, batería pesada como el plomo y un Ozzy como la voz venida de las tinieblas, son atributos que lograron que la banda creara muchas generaciones de músicos y que este riff fuera coreado por millones de fans a lo largo de 50 años, y pasarán muchos más y los nativos de Birmingham seguirán siendo la banda referencial de todo el género metal.