Cancionero Rock: «Gracias, oh! Seres de cochayuyo» – Dorso (1995)
La figura de H.P. Lovecraft se ha hecho muy popular en la actualidad, pero relativamente fue anónimo en su época (aunque si contó con el aprecio de un buen círculo de amigos que a la larga perpetuarían su obra), y hoy en día es imposible desconocer su gran aporte a la literatura. Trasladar al hombre hacia muy atrás, hacia tiempos inmemoriales y cámbricos o precámbricos, o mostrarle al ser humano el terror que viene del cosmos. De estas creaciones es que obtenemos su gran aporte personal al bestiario del terror. A pesar que en la mitología los monstruos marinos ya existían, y bien sabemos que en la realidad se encuentran ocultos en los abismos, él les da el carácter de colosales dioses, de terribles entidades que vienen ya sea del mar, o del espacio infinito o de remotos eones al ser invocados por ocultos adoradores terrestres, minúsculos y miserables que vociferan la llamada que luego creará el caos y la destrucción. Grandes obras como El horror de Dunwich, La sombra sobre Innsmouth o Dagon están hechas íntegramente en honor a estos terribles ancianos y otras tantas hacen mención constante a terrores que dejan de ser espectros y se transforman en una realidad que enloquece a cualquiera que haya podido verlas.
Lovecraft, un gran inspirador para quienes amamos la literatura, no es ajeno a las grandes bandas de rock y metal (además de un montón de otras influencias que ha dejado) y es por eso que en su gran arsenal dedicado al señor de Providence, los metal masters nacionales Dorso es sin duda una de las más prolíficas. Ejemplos hay muchos, y de todas las vertientes que el escritor norteamericano nos dejó, pero retomando el tema de los Primigenios y eligiendo de entre una lista difícil, para esta oportunidad en Cancionero Rock haremos mención especial a la divertida y genial «Gracias, oh! Seres de cochayuyo», del Big Monster Aventura de la banda de Pera Cuadra, de 1995.
¿Cómo no evocar a esas apestosas tardes o noches de fogatas en la arena, con un tipo lana con una guitarra de palo cantando entre rock latino y hipperio aburrido con la intro de este tema? Se nos vienen a la mente esa escena y con mucha claridad. Por suerte para el protagonista deathmetalero de esta canción, llega su salvación desde lo profundo del mar, donde grotescas y aberrantes criaturas hediondas emergen con sus ramificaciones como tentáculos, horrendos bichos deformes, algas sebosas y hambrientas muy bien descritas:
“Entonces Del Agua Salió Una Figura
Cubierta Con Algas Y Oliendo A Basura
Peor Apariencia Tenían Sus Amigos
De Fango Y Pescado Era El Amasijo”
Y no se han molestado por nada. Antes que puedan escapar, agarran y se comen brutalmente a los amigos hippies, mutilando a los pobres que sólo querían cantar a orillas del mar. Finalmente, nuestro metalero protagonista agradece invitando a estos siniestros seres a compartir la fogata cerca del mar, por haberlo liberado de tamaña molestia. Una versión ‘amigable’, ya que en la realidad literaria Lovecraftiana difícilmente Chtulu, Nyarlathotep, Dagon y Shub-Niggurath pudieron ser tan condescendientes con sus invocadores, quién sabe.
Por Alejandro Coronado
Ilustración: Cristina Osorio