Cancionero Rock: «Riders on the Storm» – The Doors (1971)
El incansable afán de descubrir que hay detrás de nuestras canciones favoritas de la vida no puede hacerse más fácil, grato y certero cuando viene de parte de la misma banda. El caso de “Riders on the Storm” es así totalmente y no fue hasta el documental de 2012 “Mr. Mojo Risin’: The Story of L.A. Woman”, cuando todos los miembros sobrevivientes hablan de la obra y gracia de esta canción, que cuenta con la particularidad de haber sido una de las últimas grabadas por Jim Morrison y parte fundamental de ese aclamado “L.A.Woman” (1971).
Lo más sorpresivo es que la construcción musical derivó de la canción legendaria de cowboys ‘Ghost Riders in the Sky’, que ha sido interpretada por muchos artistas (entre ellos Johnny Cash), con esta escala muy de far west, pero que la banda -y pese al jameo en forma de broma en sus inicios- logró moldearla hasta darle ese toque oscuro y místico que conocemos.
Es un tema que habla de esta cosa media cowboy de hecho, de estar solo contra el mundo, de luchar contra la corriente, finalmente acuñada ‘Riders on the Storm’, representaba a grandes rasgos eso: un hombre cabalgando en la tormenta, pasando todo tipo de vicisitudes que lo han convertido en alguien hostil y furibundo, como Billy Cook, el asesino en serie inspirador del personaje central, un tipo que asesinó seis personas en un recorrido de Missouri a California en 1950-51, incluyendo una familia que lo recogió; más aún la frase en que se convierte: ‘There’s a killer on the road’, el asesino de carreteras, de esas historias que causaban el morbo de Morrison y que él vivió varias veces (contando la del capítulo del indio que ya da para otra nota). Finalmente Cook fue ejecutado en la cámara de gas en la prisión de San Quentin en 1952 odiando a todo el mundo y queriendo ser odiado por todos además.
La otra gran parte de esta historia es como Ray Manzarek personalizó este tema que nació de una canción cowboy; su órgano Fender fue parte primordial, con toda esa atmósfera sombría que el tema evoca, la soledad, el de una persona atormentada luchando en un mundo que lo desadapta totalmente, las olas, la tormenta, los truenos y relámpagos recreados, como queriendo anticipar el tormento y el sombrío desenlace que iba a tener la banda y el propio Jim Morrison tan solo unos meses más tarde.
Una canción única en su especie, al final Manzarek replica en el documental que los susurros de las últimas dos veces en que Morrison canta ‘Riders on the Storm’ era como si del más allá estuviera marcando presencia, lo cual nos suena algo tétrico, pero muy espiritual y bello al mismo tiempo. Sin duda Manzarek siempre sintió la presencia de su amigo y compañero y fue él mismo que desencadenó el mito que Morrison «aun sigue vivo por ahí», e incluso planteando entre broma y en serio teorías de que él «sería el único capaz de fingir su propia muerte».
Por Patricio Avendaño R.