Cancionero Rock: “Take Me Home Tonight” – Eddie Money (1986)
Tras la efervescencia de Eddie Money, a fines de los 70’s, la siguiente década le fue ingrata; sumido en las drogas, con tres entregas débiles que lo tenían borrado del mapa. Pero de la mano del productor Richie Zito, tuvo su disco de regreso que no escatimó en compositores externos: el gran Can’t Hold Back (1986), que lo trajo de nuevo a los primeros planos. Una buena batería de hits, que manufacturó la no despreciable cifra de cuatro singles promocionales. El primero de ellos por sí sólo le salvó la carrera: Take Me Home Tonight —acreditado a Mike Leeson y Peter Vale.
Money, tras ver la maqueta inicial, le surgió la idea del latiguillo perfecto: Be my baby, encumbrándolo como el leitmotiv. Enlazándose a un clásico de comienzos de los 60’s, canción del mismo título hecha por The Ronettes. Como sugerencia, le recomendaron que le consultara a la cantante si deseaba unirse: la mítica Ronnie Spector —ex-esposa del célebremente triste Phil Spector, el creador del muro de sonido; productor de infinidad de éxitos y nombres en la industria, incluida la banda de ella.
Money terminó ganándole la pulsada a Ronnie, reticente en un comienzo de participar —retirada desde hace varios años. Juntos le terminaron de dar forma a un dueto en clave de balada pop rock. Y dicho sea de paso, también reactivó la carrera de la chica mala del rock ‘n’ roll; llevándola a plataformas que no alcanzó a explorar antes, como cadenas musicales de televisión.
Con apenas tres minutos y medio de duración, el video fue factor clave: con un tono de cine noir, en blanco y negro, se rotó hasta el cansancio en MTV. Dirigido por Nick Morris, que venía de hacerse cargo de los clips de The Final Countdown (Europe) y I’ll Be Over You (Toto), abre el teclado acompañado de un seguro riff de guitarra. Allí se presenta a Money, con lentes de sol y pelo al viento, apoyado de una escalera en un escenario en 360° vacío —que ocupó por locación el Lawlor Events Center de Reno, Nevada. En tanto la invitada permanece en su camarín, retratada de manera misteriosa; nunca mostrándose de modo claro, tampoco cuando inicia el camino por los pasillos de la arena —sólo distinguiéndose su silueta.
Con una lírica melancólica él da inicio, alegando soledad. Un ritmo envolvente que carece de puntos bajos, pero que el protagonismo es robado por el carismático coro al que es imposible negársele: “Puedo sentir tu respiración, puedo sentir tus latidos acelerándose. ¡Llévame a casa esta noche! No quiero dejarte ir hasta que veas la luz. ¡Llévame a casa esta noche! Escucha, cariño, justo como Ronnie cantó…”, para entrar Spector con su marca de fábrica: “Sé mi pequeño nene”. La cual, pasada la mitad —y tras un solo de saxofón del anfitrión; hace aparición en el escenario, mostrándose como es debido y uniéndose a Eddie.
Se transformó en la indiscutible carta fuerte, de este segundo aire que obtuvo Money, batallándole de cerca a quienes en aquel momento se encontraban en la cúspide. Una verdadera muestra de clase a la que supo sacarle partido, respaldo seguro en vivo —llegando armada de ella al Festival de Viña 1987, por ejemplo, cuando compartió la parrilla de dos noches con Soda Stereo.