Cancionero Rock: «The Heretic Anthem» – Slipknot (2001)
Una de las más devastadoras canciones de Slipknot, que más que una canción, es una verdadera declaración de principios. Muy brutal, por cierto, como todo lo que salió emanado de ese imprescindible «Iowa» (2001). Un himno ni siquiera tanto contra la religión (o Heretic/Hereje como lo refiere su título) o contra las doctrinas, sino más bien contra el hecho de venderse, de sacar provecho de cosas en fin de un logro comercial, y no solo a nivel de industria musical, el mensaje es más amplio en el sentido de confiar en tus instintos y no seguir ciegamente las creencias de los demás. Slipknot siempre se ha opuesto a la convención y desafió a los críticos, lo que los llevó a un gran éxito. En esta canción, animan a otros a hacerlo así. Es un llamado a la «herejía» pero en ese sentido de las cosas, algo muy claro y potente en el diccionario Slipknot.
Cuenta Corey Taylor que todo surgió justamente por eso, porque en determinado momento no faltó el empresario que los sedujo a hacer canciones de corte más comercial y «oreja» en pos de mejores dividendos económicos o de alcance a un público más mainstream, algo que Taylor y la banda no demoró en contestarle «que se fuera a la mierda», entre otras cosas y palabras con sapos y serpientes, ya que el lema que lleva tatuado en el ADN esta canción lo deja claro; «If you’re 555 Then I’m 666», queriendo decir que si tú me incitas a hacer algo o convertirme de alguna manera, sobre todo cuando de dinero se trata («all the money in the world can’t buy me») yo voy a negarme y es más, ‘hacerlo mi versión lo más extirpada de la tuya o de lo que tú propones’, como el concepto y comunión sagrada de banda de hermanos que son (a esas alturas más aun con Paul Gray vivo) y con este «666», el número de la bestia o la simbología mítica bíblica del demonio para ejemplificarlo mejor aún.
El gran logro de Slipknot es que, basándose en su confianza y su determinación ante este tema, lograron de todas maneras ser súper exitosos, con este álbum «Iowa», donde todas las canciones planteaban temáticas y composiciones brutales y un concepto único como banda rebelada muy salvajemente ante el mundo. Un himno a no rendirse, creer en ti, hacer lo tuyo sin importar lo que digan y, claro, a mandar a la mierda todo al mismo tiempo.
«8…7…6…6…6…5…4…3…2…1…»