Con la llegada de una nueva década, y cortesía de The Razors Edge (1990), AC/DC…
Cancionero Rock: “Thunderstruck” – AC/DC (1990)
Un clásico instantáneo e inmortal, de tal magnitud como no lo tenían hace nueve años; desde For Those About to Rock (1981). Thunderstruck, la pista inicial de The Razors Edge (1990), tuvo mucho del mérito para devolverle el sitial en lo alto que le correspondía a AC/DC; sellando aquellos mencionados nueve años de producciones regulares. Iniciado por un desenfrenado riff, seguido de portentosos coros que rematan en aquello de “Thunder!”; mostrando su enorme potencial para ser un himno de grandes arenas y estadios. Así lo señaló el paso del tiempo, y cada uno de los lanzamientos oficiales que engrosaron la videografía de la banda —desde Live at Donington (1991), No Bull (1996), Stiff Upper Lip Live (2001) y Live at River Plate (2011).
Acreditada a los hermanos Young, buscó un nombre que impactase de lleno —como Powerage o Highway to Hell; encontrando la respuesta con aquello del trueno, muy idóneo para ellos —el cual siempre adornó el logo de la agrupación. Han sindicado a ThunderStreak, una compañía de juguetes de cuando eran pequeños, como fuente de inspiración. Todo allí suena filoso: desde las guitarras, Brian Johnson tras el micrófono, como así la batería más portentosa que de costumbre; cortesía de la nueva adición que fue Chris Slade —músico de largo currículo que con anterioridad incluyó pasos de diversa variedad: Tom Jones, Manfred Mann’s Earth Band, Uriah Heep, David Gilmour o The Firm.
El videoclip dirigido por David Mallet, colaborador habitual, sólo remarcó la grandilocuencia de Thunderstruck: ocupando por locación la afamada Brixton Academy de Londres, dio paso a una demencial muestra de energía; con la gente colmando los numerosos y angostos andamios. Allí es Angus el centro de la atención; ya sea con el primer plano del mástil en plena digitación, o a sus anchas por el escenario —con un conveniente corredor de suelo transparente, observándosele desde abajo el insigne paso del pato que tomó de Chuck Berry. La canción sirvió además como título para una película australiana (2004); una comedia sobre fanáticos de AC/DC, equivalente a Kiss y Detroit Rock City (1999).