Cancionero Rock: «Yo la quería» – Electrodomésticos (1986)
Al meterse en la historia de lo que rodea a “Yo la quería”, una de las canciones más conocidas de Electrodomésticos, y a “¡Viva Chile!”, el disco que la alberga, uno aprende un montón de cosas. Como que, en un principio, Carlos Cabezas se pasaba inventando aparatos, como sus propios mixer y osciladores para generar nuevos sonidos. Como que el mismo Cabezas es el dueño del primer sintetizador que llega a Chile desde Inglaterra, y que poco tiempo después le encargó a un amigo el primer sintetizador “polifónico con secuenciador”, ya que “antes (en ese tiempo), los sintes eran monofónicos, una tecla” como contaría en el libro “Las voces de los ’80: conversaciones con los protagonistas del fenómeno pop-rock”. Todo eso, que para cualquier mortal poco interesado en los detalles de la vanguardia musical chilena puede parecer poco relevante, es lo que hace de “¡Viva Chile!” el disco más aplaudido del grupo, entre aquellos que vivieron la contracultura musical en las postrimerías de la dictadura.
En gran parte, “Viva Chile” es un disco de música electrónica, que genera poco interés entre los fanáticos del rock con estructura más clásica. Ahora, si se quiere, para quienes adhieren a la idea de que el rock es más una actitud que una estética o un sonido, el debut de los Electrodomésticos es uno de los discos más rockeros de la historia, por ser tremendamente vanguardista, y creado “desde la nada” usando un montón de sofisticados recursos. Metida dentro de todo ese exceso de vanguardia, está “Yo la quería”, la canción más conocida del disco, y uno de los clásicos de la banda. Se trata del único tema del disco que cuenta con una estructura rock, donde las guitarras eléctricas tienen gran protagonismo, Cabezas “canta”, y si bien la percusión es hecha eminentemente en base a sintetizadores, el beat es tan rockero, que hoy podemos ver cómo Edita Rojas la interpreta sin problemas con su batería en los shows en vivo, dándole una exquisita intensidad a un tema que ya en sí es brutal.
“Yo la quería” está fuertemente inspirada en la historia de “El chacal de Nahueltoro”. La letra relata la confesión de un femicida que cuenta cómo mata a su pareja en medio de una discusión. Están todos los elementos del clásico femicidio, incluyendo la presencia de alcohol y, por sobre todo, la disculpa refugiada en un distorsionado concepto de “amor”:
En realidad, eso es lo que no entiendo, si ya estaba todo bien
Ya estábamos arreglados
No sé por qué me empezó a retar así
Usted sabe, el trago lo pone ciego a uno
Qué le costaba esperar un poco, qué le costaba esperar
Si no me acuerdo muy bien, parece que algo se cayó, ahí empezó todo
Parece que tomé lo primero que pesqué, que era el cuchillo que nos había regalado mi compadre
Y ella gritaba como loca, no sé por qué gritaba tanto
Yo no entiendo qué pasó, yo la quería harto eso sí, yo la quería harto
La verdad, no entiendo, estábamos rebien, no entiendo
Yo la quería harto
¡Claro, como no me va a doler po!
(La frase final de la canción, “¡Claro, como no me va a doler po!”, fue citada al final de la conocida canción de González y los Asistentes, “¿Qué pachó?”, una historia similar, en clave más humorística, y que si bien no termina en asesinato, puede perfectamente homologarse por su grado de violencia con “Yo la quería”.)
Es una canción tremendamente oscura, por su letra y por su música. Si bien su sonido ronda los códigos del post punk, ese menos cantado, más recitado y con espacio para lisérgicas atmósferas, “Yo la quería” es un tema difícil de clasificar y que contó con pocas inspiraciones en el momento de su composición. El mismo Cabezas se ha encargado de dejarlo en claro, al punto de decir que cuando grabaron este primer disco: “incluso, al principio, de pura vergüenza, tocábamos de espaldas al público. Nos daba plancha no ser músicos. Recién en el segundo disco asumimos que lo éramos”. Y agrega que: “igual creo que lo que hacíamos nosotros era más raro, porque además con nuestros precarios instrumentos, era difícil que intentáramos, siquiera, copiar a alguien”
El video no se queda atrás en vanguardia y oscuridad. Dirigido por el cineasta Pepe Maldonado, y siguiendo la idea de la “confesión”, fue grabado con una serie de fotos fijas de Cabezas caracterizado como el homicida, y con un efecto con rayas irregulares sobre la boca de cada foto, a medida que el acusado hablaba. Esto permite que el video cumpla con el difícil objetivo de entregarle el protagonismo a la confesión del asesino, por sobre cualquier otro elemento, y mantener la oscuridad de la atmósfera de la música.
A diferencia de todo el resto de “¡Viva Chile!”, “Yo la quería” envejeció de forma excelente, es habitual en el repertorio en vivo de la banda, y sin duda es de los momentos más intensos en los conciertos. Su gracia radica, en gran parte, en que es de ese escaso tipo de canciones que logra conjugar de forma ecuánime la vanguardia y la masividad. Un fiel reflejo de lo que es Electrodomésticos.
Por Felipe Godoy Ossa