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Cannibal Corpse – «Chaos Horrific» (2023): Bestial desplante de agresividad y técnica
Metal Blade, 2023
Cannibal Corpse ha vuelto a dar una clase de cómo hacer death metal. La banda publicó su nueva placa titulada “Chaos Horrific” el pasado 22 de septiembre. Una vez más el quinteto estadounidense no defrauda al presentar este verdadero terremoto sonoro. El esperado estreno de una de las bandas más queridas y longevas del death metal deja agradables sorpresas para los amantes de los riffs brutales.
Un álbum que entre sus autores tiene a Erik Rutan, guitarrista y productor afamado en el metal cuyo trabajo ha estado presente en bandas como Hate Eternal, Morbid Angel y Agnostic Front. Su guitarra se hace sentir con fuerza en esta obra. Riffs brutales, viciosos y agresivos. Pero también solos de escalas y armonías trepidantes.
Como banda veterana se espera un álbum a la altura y este sí es el caso. La longevidad de Cannibal Corpse aún mantiene viva esa pasión juvenil por los ritmos rápidos, irregulares y pesados. La batería de Paul Mazurkiewicz suena increíble. Un motor de blast beats y síncopas astutamente orquestadas. El uso de ritmos irregulares y veloces se colorea a ratos con acentuaciones en un ride que se siente enorme y brillante.
“Frezied Feeding”, “Summoned for Sacrifice” y “Blood Blind” son ejemplos de gran tonelaje. Un death metal técnico y aplastante acompañado como siempre de letras viscerales y perturbadoras, tal como nos ha acostumbrado el cadáver caníbal.
La canción homónina del álbum y “Drain You Empty” nos dan entre las dos una gama enorme de ritmos, riffs y armonías portentosas y brutales. Un bajo pesado que amasa riffs inquietos y bestiales. Tal como en la inaugural “Overloads of Violence” y “Pitchfork Impalement” donde las transiciones son ágiles y atrapantes.
El disco vuelve a tener entre sus creadores al ilustrador Vincent Locke, cuyo arte en la carátula no será de los más icónicos, pero tiene ese peculiar horror corporal tan gráfico como cautivante.
Los guturales de Corpsgrinder no defraudan y su impostación teatral y profunda resuena de manera monstruosa. Un desplante icónico, clásico y lleno de fuerza. Se sigue demostrando a sí mismo esa pasión por el metal y a un humano sadismo por lo obsceno y lo bestial.
Un álbum que envejecerá bien. “Chaos Horrific” es fruto de una longevidad macerada en experiencia. La banda no demuestra signos de debilitamiento ni de cerca. Y aunque el futuro siempre es incierto, lo cierto es que esta obra de diez canciones y cuarenta minutos (39:25) huele a una de las grandes obras de death metal del año. Corpsegrinder y compañía camina firme por su vereda, una que han cimentado con horrores y sonidos brutales. Un sendero sin socavones.